viernes, 1 de septiembre de 2017

América Barrio: una actriz todo terreno

América Barrio conservó su belleza hasta la madurez.
Fuente: RCTV
Entre las caracterizaciones del comediante Henry Rodríguez en la inolvidable Radio Rochela, una de las más hilarantes era su remedo de la voz de la veterana actriz América Barrio. Era un timbre agudo, con quiebres tan característicos, que su sola escucha me hacía sonreír. No obstante, era una caricatura dolorosa, principalmente para alguien que se había hecho famosa por su delicada voz y esmerada pronunciación, una a la cual ella aplicaba los matices requeridos para hacer que sus personajes pudieran transmitir una amplia gama de emociones y dramatismo. Ese instrumento en cuya modulación ella había demostrado una fabulosa maestría.

América Barrio es una referencia importante en el medio artístico venezolano. Su amplia trayectoria en nuestro país incluye la radio, el cine, la televisión y el teatro, además de sus inicios como cantante de tangos y boleros, lo cual demuestra su increíble vocación de trabajo y fortaleza profesional. Este año se cumple el primer centenario de su nacimiento, por lo que recordarla se hace imperativo.

Nació en Santiago de Cuba el 11 de septiembre de 1917. Según Luis Caropreso Ponce (1), desde pequeña mostró inclinaciones artísticas y participaba en todos los actos culturales de su escuela. A los 12 años debutó como cantante en fiestas y obras benéficas. Ante su emergente talento, sus maestros la incentivaron para que desarrollara sus cualidades vocales con estudios de teoría y solfeo, los cuales ella realizó en el Conservatorio Musical de Cuba.

El actor y director Jorge Reyes.
Fuente: revista Encuadre 44-45, año 1993
Se intuía sus posibilidades como soprano, por la tesitura de su voz, pero lejos de desarrollar carrera en el canto lírico, al poco tiempo incursionó en programas musicales de una estación radial en su ciudad natal. Allí conoció a Juan Manuel Jorge Reyes—conocido como Jorge Reyes—, quien actuaba y dirigía radionovelas en vivo. La falta inesperada de una actriz en el elenco de una de esas producciones hizo que él le propusiera a América sustituirla, algo a lo que en principio rehusó, temerosa de fallar en esta actividad para la que no se consideraba estar preparada. Sin embargo, ante la insistencia de Reyes, terminó por aceptar. Ese fue su debut en la actuación y a partir de ese momento, América y Jorge trabajarían juntos en radio, teatro, cine y televisión.

Como actriz profesional, ella se presentaría en las principales estaciones radiales cubanas: la CMKO y la CMQ, de mayor proyección internacional. Luego integraría la compañía de Leopoldo Fernández, en la que era dama joven mientras que Jorge Reyes se desempeñaba como actor de carácter. Con esta compañía viajaría a varias ciudades del interior de su país de origen y luego haría giras por diferentes naciones latinoamericanas.

América Barrio a los 18 años.
Fuente: revista Encuadre 44-45, año 1993
Ricardo Tirado, en su libro Amores Públicos (2), señala que la joven cantante y actriz arribó a Caracas entre los años 1935 y 1940, procedente de La Habana como figura integrante de Fantasías Cubanas, una lujosa revista musical que incluía entre sus atracciones a Rita Montaner, la vedette Rosita Fornés, Armando Bianchi, René Cabel y la pareja conformada por América Barrio y el galán Otto Sirgo.

Según esta referencia, ellos cantaban hermosos boleros y emotivos tangos, entre los cuales América destacaba por su interpretación de María La O, de Ernesto Lecuona.  Permanecería durante varios meses en esta gira por diversas ciudades y pueblos venezolanos, pero supuestamente fue en Caracas donde alcanzaría un triunfo excepcional. “Se convertiría en estrella con espectáculo propio cuando una vez terminada su relación laboral con la empresa que la trajese al país, sus padres le exigieron casarse con su enamorado de siempre, el actor y empresario Jorge Reyes, quien le doblaba la edad. Se casaron en 1935 y permanecieron unidos por más de 38 años, hasta la muerte de él, procreando un hijo, quien estudió Medicina y alcanzó el doctorado”. (3)

América Barrio, toda una leyenda.
A juicio de Tirado, ya establecida en Caracas, América “se fue revelando como una actriz segura, de fácil naturalidad, de pulida y sólida expresión dramática que demostró en radioteatros y radionovelas”. (4)

Luis Caropreso Ponce, en su Historia del Cine Nacional (1909-1964), diverge un poco de esta versión y sitúa su llegada a tierras venezolanas en 1941, “oportunidad que aprovecha la pareja para cancelar su contrato (se refiere a la Compañía de Fernández) y residenciarse definitivamente en nuestro país, gratamente impresionados por el clima y el agradable ambiente de la Caracas de la época…América se fue aclimatando al diario vivir del venezolano, en medio de un ir y venir por los escenarios del teatro, la radio o los recintos acondicionados para el rodaje de nuestras películas” (5).

América Barrio y Carmen Rodríguez en Pobre hija mía, película de 1941.
Fuente: revista Encuadre 44-45, año 1993
Sea cual sea la fecha correcta de su arribo a Venezuela, lo cierto fue que en cuanto llegó al país, se incorporó rápidamente al movimiento de incipiente desarrollo de un cine criollo. A finales de 1941 participó en el melodrama Pobre Hija Mía, con guion y dirección de José Fernández, que llevaba en su elenco a Carmen Rodríguez, Miguel Arenas, Elena D'Orgaz y Domingo Hurtado. La producción estuvo a cargo de Cóndor Films y Venezuela Cinematográfica.
América Barrio y Antonio Bravo en Sangre en la playa
Fuente: revista Encuadre 44-45, año 1993.

En 1946 se unió al rodaje de Sangre en la playa, producida por Atlas Films de Venezuela e Internacional Films, bajo la dirección de Antonio Bravo, autor también del guion, seleccionador del elenco artístico y actor en la mencionada cinta. América actuó al lado de su esposo, Jorge Reyes, así como junto a la debutante Aurora Vargas, Carlos Flores, Roberto Hernández y el cantante-actor Héctor Monteverde.

Pese a que ambas películas recibieron críticas adversas, por sus fallas técnicas y otras deficiencias, el público nacional las apoyó con su asistencia. Las oportunidades siguieron apareciendo y en 1947 logró una actuación especial como ella misma en la comedia Rincón Criollo, de José María Galofré.

América en La balandra junto a Nestor Zavarce y Arturo de Córdova.
Fuente: revista Encuadre 44-45, año 1993.
Sin embargo, su gran oportunidad en la pantalla grande llegó en 1949 con La balandra Isabel llegó esta tarde, película dirigida por Carlos Hugo Christensen y producida por Bolívar Films. El guion —escrito por el mismo director— era una versión del cuento homónimo del reconocido escritor Guillermo Meneses, con diálogos a cargo del periodista y humorista, Aquiles Nazoa. Se utilizaron locaciones en Caracas, la Isla de Margarita, la costa de Barlovento y el barrio Muchinga de La Guaira. La banda sonora estuvo a cargo del compositor venezolano Eduardo Serrano.

América aparecía sexta en el orden de los créditos estelares de la película, antecedida por el mexicano Arturo de Córdova, las argentinas Virginia Luque y Juana Sujo —quien ya se encontraba radicada en Venezuela—, así como los venezolanos Tomás Henríquez y Néstor Zavarce, toda una revelación como actor infantil.

El personaje que le tocó interpretar fue Isabel, la esposa sumisa y enamorada de Segundo (Córdova), un marinero que vive entre dos amores: por un lado,  el reposado y puro que ella le ofrece; en el otro, el apasionado, arrebatador, de Esperanza (Luque), la amante que le espera en el puerto. Era un rol de heroína romántica que calzaba con su imagen, la que sufre por cuidar lo que para ella era más importante: la familia.

Fuente: canal Youtube de Ottoniel Parra

Fuente: revista Encuadre No. 46, enero/febrero, año 1994
La balandra… se estrenó el 24 de junio de 1950 en Caracas y el 5 de agosto de ese mismo año en Argentina (de donde era oriundo Christensen) e inmediatamente fue alabada por críticos y público. En Francia se estrenó en abril de 1951 durante el Festival de Cannes; allí recibió el premio a la Mejor Fotografía y desde entonces se convirtió en una obra de culto para los espectadores venezolanos.

1950 fue un año muy especial para la actriz, pues aparte del éxito en el séptimo arte, se transmitió por Radio Continente El Derecho de Nacer, una radionovela original de Félix B. Caignet que ya desde su estreno en Cuba se había convertido en un suceso sin precedentes. Caracas no sería la excepción y la versión local fue protagonizada por Luis Salazar como Albertico Limonta, mientras que América encarnó a Isabel Cristina, “personaje que ella desarrolló con tan convincentes tonalidades dramáticas que, aunado a la suave y tierna vocalización, arrancaron lágrimas a los oyentes de entonces”(6) 

América Barrio, Luis Guillermo Villegas Blanco, Luis María Poleo
Néstor Zavarce y Susana Guízar en el estreno de Amanecer a la vida.
Fuente: revista Encuadre No. 59, enero/marzo, año 1996. 
El Derecho de Nacer se transmitió de lunes a viernes en horario de seis de la tarde y era producida en vivo, pues todavía no se grababan los capítulos. Por eso, los protagonistas eran esperados con gran entusiasmo por los radioescuchas a las puertas de la emisora y les recibían con aplausos muy efusivos para ella, Salazar, Rafael Guinand, Olga Castillo, Rosita Flores y Lolita Lázaro, a quien la policía debía proteger “por ser considerada una mujer ‘mala’, como madre de la sacrificada heroína metida a monja”. (7) Para América, “ninguna novela realizada en Venezuela tuvo tanto éxito como El Derecho de Nacer. Creo que en Cuba ha sido lo mismo”(8)

No obstante, esta actriz también destacó en la versión novelada de la melodía La vida de las canciones, de Alberto López Ruíz, así como en el ciclo de novelas de Radio Caracas Radio. Allí presentaría Pecado Mortal, junto a Josefina Hernández y Héctor Hernández Vera, con América como madre de la protagonista.

Era la época de oro de la radio en nuestro país y ella intervendría en cientos de radionovelas y radioteatros. En Radio Rumbos actuaría en Lo que los padres olvidan, de Inés Rodena; Estrellita, de César Leante; y en una nueva versión de La vida de las canciones. En esa época, las exclusividades las pagaban las empresas publicitarias a cada programa, lo que permitía a los intérpretes trabajar en varias estaciones al mismo tiempo.

América Barrio Amador Bendayán y Héctor Monteverde
en Seis meses de vida. Fuente: revista Encuadre No. 59,
 enero/marzo, año 1996.
En 1951, América regresó al cine para actuar junto a Amador Bendayán en Seis meses de vida, dirigida y actuada por Víctor Urruchúa, de la cual actualmente no existen copias en celuloide —como le ha ocurrido a muchos de los filmes venezolanos—. Allí interpretó a una vampiresa que intentaba atrapar a Amador de manera fallida. Esta vez los críticos de la época descalificaron los méritos de la película por haber malgastado las posibilidades de desarrollar una mejor realización cinematográfica en momentos cuando Bolívar Films se encontraba bien cimentada.

La llegada de la televisión al país fue todo un suceso y en 1953, Radio Caracas Televisión inició sus operaciones. América se incorporó al elenco pionero de esa planta, de la cual formó parte hasta su jubilación a mediados de los años 90. Nunca participó en otras televisoras, a pesar de que las ofertas de la competencia nunca cesaron, por lo cual su lealtad a RCTV es equiparable a la de Amalia Pérez Díaz, Tomás Henríquez y Carlos Márquez.

América Barrio en RCTV, año 1957.
Fuente: revista Encuadre, No. 44-45, año 1993
En ese año América participó como acompañante en el programa Week-End con las Estrellas: Programa de entrevistas, producido y presentado por Rodolfo “Big Ben” Wellis. En este espacio, grandes figuras de la canción respondían las interrogantes hechas por el conductor, haciendo de dicha revista musical un lugar importante dentro de la programación del nuevo canal. Allí también participaron Alfredo Sadel, Carlos Fernández, Luis Salazar, Ana Teresa Guinand,  Néstor Zavarce y Héctor Monteverde.

En una entrevista realizada en 1997(9) por el historiador cubano Adalberto Afonso Fernández, América recordaba que todas las novelas de la radio y la TV en nuestra país tenían mucha influencia de las radionovelas cubanas. “Se compraban los libretos en Cuba y había personas que las adaptaban para la radio y, años después, para la televisión. Telenovelas verdaderamente originales, solo de unos añitos para acá, con Cabrujas, Verdial y algunos otros más que son muy buenos autores”.

América Barrio y Héctor Hernández Vera en el teleteatro
El Fantasma del Camino. Fuente: RCTV
Cuando comenzaron las telenovelas, algunos capítulos duraban quince minutos, cuando más, media hora. Y no eran tantos, como en estos tiempos. En 1964, Radio Caracas Televisión comenzó a transmitir la obra Historia de tres hermanas, de la escritora cubana Mercedes Antón. Se transmitía una vez a la semana…con una hora de duración. Por primera vez los capítulos se alargaban tanto. Actuaban Eva Moreno, Eva Blanco y Doris Wells. Eran mis hijastras, porque yo estaba casada con el papá de ellas (en la trama).

Amores de juventud, telenovela transmitida en 1967 por RCTV.
En la gráfica Edmundo Arias,  Doris Wells, América Barrio
 y Raquel Castaños. Fuente: RCTV
Junto a la radio y la televisión, hizo varias temporadas musicales representando operetas, entre ellas La Viuda alegre, con dirección y producción de George Stone y Pepita Embil, madre de Plácido Domingo; así como Gigi, encarnando a la frívola y elegante tía de la protagonista. En teatro hizo Conociendo a Bertold Brecht (1957), al año de la muerte de este importante dramaturgo alemán; Madre coraje, del mismo autor, dirigida por César Henríquez; así como El abanico de Lady Windermere (1965), versión del clásico de Oscar Wilde, en el rol de Lady Erlynne, con la producción y dirección del argentino José María Fernández Unsaín.

En 1958 regresó al cine junto a Amador Bendayán en Yo y las mujeres (de Giusseppe Scotese). No retornaría a los estudios de rodaje hasta 1972, cuando interpretó un pequeño papel en Bárbara, coproducción venezolana-mexicana, dirigida por Julián Soler y producida por Mauricio Wallerstein. Esta era una versión de la novela del mismo nombre protagonizada por Hilda Aguirre y Edmundo Arias, transmitida por RCTV en 1971.
América y Amalia Pérez Díaz en Sacrificio de Mujer (1972). La
fecha de la captura e pantalla está errada.
A partir de la década de los 70, su actividad artística se concentró principalmente en la televisión. Participaría en unas 50 telenovelas, entre las cuales figuran Cristina (1970), La Usurpadora (1971), Sacrificio de Mujer (1972), La italianita (1973), Raquel (1973), Orgullo (1974), Alejandra (1975) y Carolina (1976). En La Fiera (1978) fue la primera dama del pueblo donde se desarrollaba la trama, pues era la esposa del jefe civil (Domingo del Castillo) y madre de la caprichosa Elena Fajardo (Cecilia Villarreal).

América Barrio en los años 70.
Fuente: RCTV
En la década de los 80 sus roles secundarios se alternarían como nana, madre o abuela de alguno de los protagonistas. Eventualmente interpretaría villanas, pero su fuerte eran damas de alta sociedad o de clase media, fieles consejeras y/o “paño de lágrimas”, caracterizadas por su dulzura y sometidas a algún sufrimiento emocional.  Por ejemplo, en  Estefanía (1980) su papel fue el de María Gracia, esposa de Genaro Cataldo (Julio Jung) y madre de Silvana (María Conchita Alonso). Allí moría al golpear su cabeza contra el filo de una acera al ser empujada por un esbirro de la Seguridad Nacional cuando trataba de impedir que se llevaran detenida a su hija.

Se convirtió en la nana de Mayra Alejandra en El esposo de Anaís (1980); madre de Jean Carlos Simancas (Mario) en Luz Marina (1981). También intervino en Luisana mía (1981), Jugando a vivir (1982) y Bienvenida, Esperanza (1982), todas protagonizadas por Mayra Alejandra. En 1982, participó en la enésima versión de El Derecho de Nacer, titulada De su misma sangre, en la cual como una curiosidad se trastocaban los papeles principales: el hijo marginado ya no era un hombre sino una mujer (Tatiana Capote).

En esta etapa avanzada de su vida personal y de su carrera, América era una figura constante como actriz de carácter dentro de los elencos de las telenovelas de RCTV, como Leonela (1983); Acusada (1984); Cristal (1985), donde fue la madre de Marion (Marita Capote); Abigaíl (1988); Selva María (1988); Anabel (1990) y Por estas calles (1992). También hizo los teleteatros Quién yace en su tumba (1980), La Virgen de Coromoto (1982) y la miniserie Pobre Negro (1989).

Fuente: canal YouTube Póngalo

Jose Manuel Pozo, America Barrio, Maria Hinojosa
y Javier Vidal en la cinta Más allá del silencio. Fuente: revista Encuadre No. 44-45, año 1993
Todavía tuvo tiempo para hacer una breve aparición en el cine, en la que sería su última película: Más allá del silencio (1985), de César Bolívar, con Jean Carlos Simancas, Javier Vidal, Julie Restifo, Luis Rivas, José Manuel Pozo y Doris Wells.

Al jubilarse no se retiró del todo y aceptó papeles muy específicos, como en la novela Cambio de piel (1998), una nueva versión de La dama de rosa, protagonizada por Coraima Torres y Eduardo Serrano. También ese año participó en el episodio Desde el pasado, de la serie española Brigada Central, rodada en nuestro país por Pedro Masó.

América en una foto autografiada para
Pedro Herrera, colaborador de la revista
Encuadre en la década de los 80.
Con una trayectoria abundante en reconocimientos, en el año 2000 la Casa del Artista le entregó el premio El Árbol de la Vida por sus 60 años de vida artística, en lo que sería la última edición de ese galardón.

Por esas fechas le diría a Ricardo Tirado (10)“Lo más importante en la vida de una actriz es hacer vibrar, tocar la fibra sensible del que te mire actuando…y en la vida de la mujer, sentirse madre”. Ambos roles los ejerció con distinción.

Ya para ese momento, América Barrio contaba con más de 80 años, pero ante la pregunta de qué le pedía a la vida, su respuesta conmueve por su sinceridad: “Que me permita llegar a vieja…tengo esperanza de llegar a serlo”.

Falleció casi un mes después de cumplir los 84 años de edad, el 5 de octubre de 2001 en Caracas, una ciudad que hizo suya, donde desarrolló una de las más intensas y atractivas carreras profesionales de nuestro medio artístico. Isabel había llegado a puerto seguro.


Fuentes consultadas:

(1) Caropreso Ponce, L. (1993). Breve historia del cine nacional (1909-1964). Revista Encuadre No. 44-45, septiembre/diciembre 1993. CONAC, Caracas.
(2) Tirado, R. (2004). Amores Públicos. Fundación para la Cultura Urbana, No.22. Econoinvest, Caracas
(3) Tirado, R. Op cit.
(4) Ídem.
(5) Caropreso Ponce, L. Op cit.
(6) Ídem.
(7) Ibidem.
(8) Afonso Fernández, A. (2012). Mis investigaciones…y algo más. Obras completas, volumen 3. Palibrio, Estados Unidos de Norteamérica. 
(9) Ídem.
(10) Tirado, R. Op cit.

1 comentario:

  1. Hermano felicitaciones excelente blog, tomo de el dos fotos nuevas que no tenia de mi tio. Soy sobrino de nestor zavarce y autor de su biografia "Cuando la vida pasa" la cual pongo a tu disposicion como obsequio. Nuevamente muchas felicitaciones te dejo mi correo seria un honor contactarte josezavarce@gmail.com

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