martes, 23 de abril de 2013

Esos mapas que duelen...

Mapa de Venezuela. Ediciones Nuance.
Fotografía: Christian Mondin
Postal colección personal.
Esta mañana
he quemado mis fotos.

He aprendido que,
como en toda evasión,
la mayor guía se encuentra
en las cenizas de los mapas.

Trataré de inventarme.
Quiero dejar de ser
un resto del pasado.
     

             La ceniza de los mapas
                  
José Manuel Soriano 
                (Alcañiz, España, 1972)


Isla de Margarita. Studio Imagen Alternativo.
Postal colección personal.
Mapas negros

Ni la presencia de las piedras,
ni el viento que aplaude,
te dejarán saber
si has llegado,

ni el mar que únicamente
celebra adioses,
ni las montañas,
ni las ciudades en su agonía.



Mapa de la Isla de Margarita. Studio Imagen.
Postal colección personal.

Nada te dirá
dónde estás.
Cada momento
es un lugar
en el que nunca has estado.

Puedes caminar
creyendo que irradias
luz a tu alrededor.
¿Y cómo podrías saberlo?




El presente siempre es oscuro.
Sus mapas negros
salidos de la nada
son sólo descripción

en su lento ascenso
hacia sí mismos,
su propio viaje,
su vacío,

Isla de Margarita. Postal colección personal.
la desolada, atemperada
necesidad de plenitud
mientras se alzan al ser,
son como aliento.

Y si acaso se les estudia,
sólo se descubre
demasiado tarde, que aquello
que interesaba



ya no existe.
En ninguno de ellos
aparece tu casa,
ni tus amigos

Isla de Margarita. Studio Imagen Alternativo.
Postal colección personal.
esperando tu aparición,
ni están tus enemigos
enumerando tus faltas.
Sólo estás tú allí,

diciendo hola
a aquello que serás,
y una hierba negra
sostiene la oscuridad estelar.

Mark Strand (Canadá, 1934)


viernes, 19 de abril de 2013

Recordando a Vera Jayne en sus 80 años

"El arte dramático, en su opinión, es saber cómo llenar un suéter".                                                                   Bette Davis
Hoy estaría cumpliendo 80 años uno de los candentes símbolos sexuales de la década del 50: Jayne Mansfield. Época de fuerte competencia para las rubias en la industria del cine, donde las contendientes eran del calibre de Mamie Van Doren, Anita Ekberg, Diana Dors, Betty Hutton, Bárbara Nichols, Betty Brosmers, Carroll Baker, Cleo Moore, Joi Lansing, Sheree North, Kim Novak y, la reina de todas, Marilyn Monroe.

Vera Jayne Palmer, su verdadero nombre, nació el 19 de abril de 1933 en Bryn Mawr, Pennsilvania. A lo largo de su corto reinado en las pantallas cinematográficas, desplegó una existencia plena de extravagancias que atrajo la atención de los medios masivos.

Jayne y su baño kistch
En Beverly Hills, por ejemplo, vivía en una gigantesca mansión estilo mediterráneo de 40 habitaciones, con cupidos rodeados por luces fluorescentes de color rosa, pieles rosadas en los cuartos de baño, una bañera rosada en forma de corazón y una fuente que lanzaba chorros de champán rosado. Por algo lo llamaron el "Palacio Rosa".

Pero mucho antes de su efímero éxito, Jayne había tenido que trabajar muy duro para hacerse notar y llegar al lugar que deseaba. Su camino hacia el estrellato lo basó en su exuberante figura. Muy joven, participó en concursos de belleza que le ayudaron a catapultarse al mundo de la moda y el cine. En esos primeros años de su carrera, Vera ya había adoptado el apellido de su primer esposo, Paul Mansfield, un estudiante con quien se había fugado y casado en 1950. Ese mismo año nació su primera hija, Jayne Marie.

Luego de mudarse a California, retomó sus estudios de interpretación y se dedicó al fotomodelaje. Las medidas de Jayne eran exuberantes: 102-56-89. Su figura curvilínea, especialmente sus desbordados pechos, le permitió llamar la atención de productores cinematográficos y del público. Inteligente como era, a pesar de la imagen de rubia tonta a la cual se le asociaba, siempre estuvo consciente de su atractivo físico como el motor de su carrera. De hecho, cuando estaba en su apogeo y le preguntaron qué aconsejaría a las nuevas estrellas, su respuesta fue contundente: «Para establecerte como actriz, tienes que ser bien conocida. A una chica que acaba de empezar, me gustaría decirle que se concentrara en la actuación, pero ella no tiene que ir por ahí cubierta con una cobija.»
Jayne nunca temió mostrar su desnudez. Acá en una
foto publicada por la revista Playboy.
En 1955 obtuvo su primer papel en una película B del cine negro, Female Jungle (Bruno VeSotta), junto a Lawrence Harvey, al cual siguieron otros roles menores de chica sensual, incluyendo su participación en The Girl Can't Help It (1956), de Frank Tashlin, cinta que empezaba a explotar el fenómeno del rock'n'roll de la época, con figuras como Gene Vincent, Little Richard o Fats Domino.

El año de su despegue fue 1957: estrenó Bésalas por mí, dirigida por Stanley Donen, con Cary Grant como coprotagonista; y Una mujer de cuidado, de Frank Tashlin, una comedia que ella había representado en Broadway en 1955.

Imagen familiar tomada el 21 de octubre de 1965: Jayne
abandona el hospital Cedars of Lebanon, luego del nacimiento
de su último hijo.  De izq. a der. Jayne Marie (15); Zoltan (5); 
Mickey Jr. (6); Jane con Anthony en brazos; Matt Cimber
y Mariska (1). Fuente: www.parade.com
Divorciada de Paul Mansfield en 1958, contrajo matrimonio con el fisicoculturista húngaro Mickey Hargitay, quien detentaba el título de Mr. Universo y como actor había aparecido junto a ella en Una mujer de cuidado. De esta unión nacieron sus hijos Mickey Jr. (1958), Zoltan (1960) y Mariska (1964). Juntos hicieron una pareja muy atractiva.

Aunque su imagen sexy pareciera no compatible con sus continuos embarazos, Jayne no concebía este rol como algo ajeno a su vida y así lo afirmó en una declaración a la prensa: «Siempre he considerado a mi persona y a mi carrera como dos cosas distintas y separadas. Hay una Jayne Mansfield en casa, una esposa y madre devota; y existe Jayne, el símbolo sexual, que es mi carrera. Yo siempre las he mantenido completamente aparte y separadas.»

Las dos rubias explosivas de los 50, Jayne
y Marilyn, coincidieron en el estreno de
la película La rosa tatuada (1955).
Durante este periodo, la actriz se alejó temporalmente del cine para dedicarse a su familia, aunque en 1959  participó en La rubia y el sheriff, dirigida por Raoul Walsh; y en Too hot to handle el año siguiente, bajo las órdenes de Terence Young. A pesar de que estas cintas no alcanzaron el éxito de sus predecesoras, ella era considerada como la rival principal de Marilyn Monroe, la otra rubia sexy de la época, aunque algunos la calificaban sarcásticamente como una Marilyn de segunda fila —otros más ácidos incluso se referían a ella como "The working man's Marilyn Monroe"—. Sin embargo, sus expectativas siempre fueron otras: «No he venido a Hollywood para ser la chica de al lado. Vine para ser una estrella de cine.»

Una atractiva Jayne morena.
A estas alturas, el éxito de Jayne empezaba a entrar en franco declive. Los años 60 no fueron buenos para su carrera, pues si bien continuó trabajando continuamente, las producciones en las que participaba eran de muy baja calidad y con el único propósito de exhibir su figura. Lejos de las pantallas, era asidua a fiestas y a eventos públicos. Sus apariciones en sitios nocturnos le reportaban buenos ingresos. En 1964 se divorció de Mickey Hargitay y se casó con el director Matt Cimber, con quien procréo su último hijo, Tony, en 1965. Ese mismo año se divorció de Cimber, quien la dirigió además en su último film, Single room furnished.

Las habilidades dramáticas de Jayne nunca fueron apreciadas por la crítica. Ella misma estaba consciente de ello. Al enterarse de que la 20th Century-Fox había mentido acerca de ser considerada para el papel principal en una película sobre la vida de Jean Harlow, dijo: «Tengo miles de cartas aquí, de personas de todo el mundo, diciendo que soy la Harlow perfecta... naturalmente hago sus gestos de acariciar mi cuerpo y los brazos de esa manera. Pero no, no pueden verme interpretando el lado dramático de la vida de Harlow.»

Jayne: una leyenda ronda su muerte.
La madrugada del 29 de junio de 1967, la vida de Jayne Mansfield, de 34 años, se truncó violentamente: salió de un club nocturno en Biloxi, Mississippi, a 30 kilómetros de Nueva Orleans, ciudad donde iba a presentarse en la televisión al día siguiente, cuando el coche en el que se trasladaba se estrelló contra la parte trasera de un tractor semi-remolque de fumigación. Iba acompañada por su novio Samuel Brody y su conductor Ronnie Harrison. Todos fallecieron en la colisión. En la parte trasera viajaban además tres de sus hijos: Zoltan, Mariska y Tony, quienes resultaron heridos, aunque no de gravedad.

Durante décadas circularon rumores según los cuales Jayne había muerto decapitada, algo que fue desmentido en su oportunidad por su hija Jayne Marie. Todo comenzó cuando los fotógrafos y la policía encontraron su peluca platinada sobre la tapa del motor en el lugar del accidente y asumieron que era su cabeza; de allí partió la confusión. Sin embargo, según su certificado de defunción, emitido en Nueva Orleans, la causa inmediata de su muerte fue el aplastamiento del cráneo, con pérdida de masa encefálica; otras lesiones incluyeron fractura cerrada del húmero derecho y múltiples laceraciones en las manos y las extremidades inferiores.


El funeral de Jayne fue el 3 de julio de 1967, en un pequeño acto en el que su familia, incluyendo su segundo marido Mickey Hargitay, asistió al mismo lugar en Pen Argyl, Pennsylvania, donde fue enterrado el padre de la actriz.

A 80 años de su nacimiento y 45 de su temprana desaparición, la fama de Jayne Mansfield aún pervive gracias a sus mejores películas y a esa imagen a mi parecer totalmente camp que transmite, incluso en sus desnudos.

En 1980 Loni Anderson la encarnó en el especial La historia de Jayne Mansfield, en el que Arnold Schwarzenegger interpretaba a Mickey Hargitay. A finales de los 70 y principios de los 80, su hija Jayne Marie fue modelo de Playboy, revista de la cual su madre fue Playmate en febrero de 1955. De hecho, ella fue calificada como la No 2 (de 100) de las Playmates de todos los tiempos, según la publicación.
televisivo

Mariska Hargitay se inclinó hacia la actuación: participó en el film Leaving Las Vegas y ha alcanzado la popularidad gracias a su personaje de Olivia Benson en la serie La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales, transmitido desde 1999 por la ABC. En entrevista publicada en el portal de la revista Redbook, Mariska recordó la prematura muerte de su madre. Manifestó no recordar el accidente, pero el trauma de esa experiencia —aseguró—, ha forjado su visión actual sobre la vida. «La pérdida de mi madre a una edad tan temprana es una cicatriz en mi alma», dijo. «Pero siento que, en última instancia, me convirtió en la persona que soy hoy.» 



Jayne, que durante toda su carrera tuvo que batallar para alcanzar un lugar en Hollywood, debió luchar contra las odiosas comparaciones con Marilyn Monroe y pelear para lograr papeles en películas mínimamente decentes, sin embargo nunca renegó por haber tenido que usar su atractivo físico para mantenerse en el tapete. «Me gusta ser una chica Pin-Up, no hay nada malo en ello» , afirmó una vez. «Quisiera tener diez bebés más, diez chihuahuas más y unos cuantos premios de la Academia. Mientras tanto, disfruto de ser un símbolo sexual y hacer feliz a la gente.»


Siempre bajo el ojo público: Sophia Loren "admira" a Jayne.

martes, 2 de abril de 2013

Gloria: la reina del exceso

«Ves, esta es mi vida, siempre lo será. ¡No hay nada más! Solo nosotros y las cámaras. Y aquellas personas maravillosas que hay en la oscuridad. Muy bien, señor De Mille, estoy lista para mi primer plano.

  Norma Desmond, en la escena final de Sunset Boulevard (1950)
Gloria Swanson por Richard Avedon (1980).
Del abundante repertorio de imágenes memorables legadas por la actriz Gloria Swanson, rescato una que es mi favorita: su autor es Richard Avedon y fue tomada en 1980. No es la clásica fotografía de una estrella de cine. Por el contrario, vemos a una mujer octogenaria, con sus cabellos grises en desorden, su rostro surcado de arrugas, pero no es para nada una imagen de una anciana en decadencia. A diferencia de otras que hubiesen preferido verse más formales, en ella reboza vitalidad, alegría de vivir, expresada en esa sonrisa y en el brillo en los ojos. Retrata dignamente a esa leyenda que fue la Swanson, pero más aun, la brillante personalidad de alguien con una vida desbordada de excesos, de experiencias y de cuya desaparición física se cumple este 4 de abril el trigésimo aniversario.  

Gloria fue la reina del llamado glamour del viejo Hollywood. Nació el 27 de marzo de 1899 en el distrito de Lake View de Chicago. Su verdadero nombre era Gloria May Josephine Svensson, hija de Joseph Svensson, quien trabajaba en el servicio de transporte del Ejército de EE.UU; y de Adelaide Klanowski. El oficio de su padre obligó a la familia a mudarse con frecuencia durante su infancia, por lo cual vivieron en Key West, Florida; y en San Juan, Puerto Rico, durante varios años. Finalmente, Gloria y su madre regresaron a Chicago, mientras que su padre siguió siendo asignado en el extranjero.

En una comedia de Mack Sennett.

A los 14 años, una tía la llevó a los Estudios Essanay en Chicago —en aquella época todavía los estudios no habían concentrado sus operaciones en Hollywood— y ella llamó la atención de alguien. Así, se convirtió en una extra habitual en diferentes películas, lo que le permitió ganar suficiente dinero y abandonar la escuela. 


A los 17 años, Swanson se mudó a California donde participó en varias comedias de Mack Sennett, director muy conocido por sus Bathing Beauties —un grupo de jóvenes estrellas que aparecían en “atrevidos” trajes de baño de la época que hoy nos provocarían risa—. Sin embargo, ella nunca reconoció su participación como bañista, aunque imágenes de la época parecen confirmar lo contrario. Lo que sí aceptó fue que su primera etapa estuvo vinculada al cine cómico, aunque declararía que estaba tan empeñada en ser una actriz dramática que intentaba adoptar una postura seria, lo que precisamente inducía las risas del público. 


Macho y Hembra (1919).
Una atrevida imagen de 1919.
En esa época, como lo narraría en su autobiografía Swanson on Swanson, se casó con Wallace Beery, estrella de las producciones de Sennet, además de reconocido borracho y abusador, quien la violó la noche de bodas. Más tarde, cuando quedó embarazada, él la hizo beber bajo engaño una mezcla que la haría abortar al bebé que esperaba. Casi inmediatamente después del aborto, Gloria lo abandonó, aunque el divorcio tardó tres años en ser completado.

La popularidad de la actriz, ganada en las películas de Sennett, le permitió firmar un contrato con los estudios Paramount, donde se convirtió en una estrella por derecho propio. De la mano de Cecil B. de Mille obtendría importantes papeles protagónicos en cintas como Macho y Hembra y No cambies de marido. Un segundo matrimonio con Herbert Somborn, presidente de Equity Pictures Corporation y, más tarde, propietario del restaurant Brown Derby, se produjo en 1919, y el año siguiente dio a luz a su hija, Gloria. Eso la convirtió en la primera estrella convertida públicamente en una "madre" en Hollywood.

Gloria en la plenitud de su belleza en 1924.  Foto: Ernest Bachrach
En 1922, su marido pidió el divorcio y afirmó que Swanson había participado en "relaciones" con al menos 13 hombres, entre ellos Rodolfo Valentino y el director Cecil B. DeMille. En medio de los procesos de divorcio, adoptó un niño, Joseph.

Durante ese periodo, con apenas 23 años de edad, Gloria había llegado a ser tan popular y había producido tanto dinero para la Paramount, que el estudio la complacía en todas sus exigencias, lo cual incluía los presupuestos más grandes destinados a prendas de vestir y las demandas salariales más extravagantes. Su imagen de estrella abarcaba tanto la pantalla grande como su vida personal. 

En 1925, se fue a Francia a rodar la película Madame Sans-Gene, donde conoció a Henry, marqués de la Falaise de la Coudraye, nieto del fundador de coñac Hennessy, quien pese a su título no tenía dinero. De hecho, ella lo conoció como su asistente y traductor en el estudio de filmación, para lo cual había sido contratado. 


Sin embargo, el título brindó una pátina de nobleza a quien era conocida como “la Swanson”, así que su retorno a los Estados Unidos como La marquesa de la Falaise causó sensación: 

Una de sus imágenes icónicas, capturada por el lente
de Edward Steichen en 1924.
«Fue recibida en el muelle por dos bandas, dignatarios de cine, acomodadores a caballo y miles de personas. Ella fue colocada en una limusina con ocho escoltas policiales por Sunset Boulevard. Miles de niños en edad escolar se alineaban en la acera y le lanzaron flores». (Hedda Hopper, citada por Anne Helen Petersen en su artículo Scandals of Classic Hollywood: The Gloria Swanson Saga, Part One)

En una entrevista televisiva con el legendario periodista Mike Wallace (ABC, 28 de abril de 1957), Gloria recordaría el recibimiento de una forma menos victoriosa. Al referirse al acto celebrado en un teatro, le comentó a su madre:

Sé que me senté entre Cecil De Mille y Mack Sennett y Lasky... todo el mundo en el negocio del cine y todo había sido un gran día. Yo le dije: Bueno, ya sabes, es uno de los momentos más tristes de mi vida, porque tengo solo veintiséis años en lugar de cincuenta y seis, y todos los elogios que he visto no vienen de mi actuación, provienen del hecho de que soy un hijo pródigo que regresó, soy Lázaro que salió de su tumba y soy Cenicienta casada con el príncipe.


Para finales de la década del 20, se había convertido en una de las grandes estrellas de Hollywood, miembro de una élite que incluía a Mary Pickford, Greta Garbo y Charles Chaplin, con un sueldo de 900 mil dólares anuales que gastaba en costosos caprichos y lujoso vestuario. Petersen se refiere a esta etapa de la siguiente manera:


En un momento, ella estaba produciendo —y gastando— $ 20.000 por semana, lo cual equivaldría a un cuarto millón de dólares en la actualidad. Estos fueron los días de la bañera de oro, el baño de mármol negro, cuatro secretarios personales…gastó $ 10.000 al año (125.000 dólares más o menos en la actualidad) en ropa interior. Para una cena de 300 personas, obsequió a los asistentes polveras y pitilleras  de oro macizo. Abrigos de pieles, diamantes, cientos de vestidos y zapatos y medias en una grave… sobredosis de lujo sartorial.

En los años 20, en la cúspide del cine mudo, las estrellas hicieron del consumo un nuevo espectáculo: comprar no sólo por comprar, sino para exhibir ante el mundo su riqueza… Swanson, con su título europeo y su afición a la alta costura, parecía demostrar que las estrellas de Hollywood podían ser elegantes, glamorosas y que la clase media podía dejar que sus hijos las admiraran y aspiraran a ser como ellas…


En una época en la que Pickford y Chaplin creaban la United Artist, una productora independiente de los grandes estudios ya establecidos, Gloria Swanson consideró una buena idea reducir su participación cinematográfica a una o dos películas al año, así como tener un control creativo total sobre ellas. Temerosa de perder a uno de sus principales imanes de taquilla, la Paramount le ofreció un enorme aumento de sueldo, pero ella decidió ir por su cuenta con una compañía propia, la Gloria Swanson Productions.


Miss Sadie Thompson (1928).
Su primera producción independiente en 1927 no fue un éxito financiero. Se trataba de una nueva versión de la película Ojos de Juventud (retitulada El amor de Sonia), que había sido protagonizada en 1919 por otra estrella del mudo, Clara Kimball Young. 

A su segunda producción, Sadie Thompson (1928), le fue mejor, pero le ocasionó serios problemas de censura con la Oficina Hays. No era para menos, pues la señorita Sadie no era más que una prostituta que fumaba, bebía y tenía una vida algo libertina en Samoa, en los mares del sur. Al final, la cinta dio sus frutos y Gloria obtuvo su primera nominación al Oscar. El premio fue a parar a manos de Janet Gaynor, por el conjunto de sus interpretaciones en Amanecer, el séptimo cielo y El ángel de la calle.


En 1928, Swanson, con su entonces amante Joe Kennedy (padre de John F. Kennedy), se asoció con Erich Von Stroheim para  producir La reina Kelly, un proyecto que nunca se completó.  Los excesos en el cine de Von Stroheim eran hartamente conocidos en Hollywood, pero tenía muchas obras maestras en su haber, entre ellas Avaricia (1924) y La marcha nupcial (1928), la cual lamentablemente había sido mutilada por los estudios debido a su excesivo metraje. Su detallismo y las repeticiones interminables incidieron en retrasos importantes en las filmaciones hasta que la producción fue suspendida. Décadas más tarde, la película inacabada fue montada con fotos fijas de producción y fotografías. Irónicamente, la cinta fue declarada obra maestra por los críticos de cine.


Para la transición al sonoro, que llevó al traste a innumerables carreras de estrellas hollywoodenses, Gloria se preparó con lecciones de dicción y canto. Inmediatamente comenzó a trabajar en su primer film sonoro llamado La intrusa, que se convirtió en un gran éxito de público, entusiasmado por descubrir que Gloria además de hablar, cantaba. Nuevamente fue nominada al Oscar en 1930. Otra vez, el premio le fue elusivo: ahora la ganadora fue Norma Shearer, por La divorciada, en una competencia en la cual figuraron también como aspirantes al galardón Greta Garbo, Nancy Carroll y Ruth Chatterton.


Siempre elegante.
Fuente: Grupo Facebook
Cinema Amore Mio.
Consiguió un contrato con la Metro Goldwin Mayer (MGM), pero sus siguientes películas no se convirtieron en éxitos. La época de la gloriosa Gloria había terminado, debido a los cambios en los gustos del público. Luego del fracaso de Música en el aire, en 1934, prefirió alejarse de los platós.

En su vida personal, separaciones legales y nuevos enlaces matrimoniales se sucedían: en 1930 se divorció del marqués y un año más tarde se casó con el deportista irlandés Michael Farmer, con quien procreó otra hija, Michelle, nacida en 1932. El divorcio vendría en 1934.


Hizo un intento de regreso en 1941, cuando le ofrecieron protagonizar la comedia El papá se casa. Tampoco el éxito se hizo presente, pero la carrera de Gloria Swanson en el cine no había terminado todavía. En 1945 emprendía su cuarta unión conyugal, esta vez con el retirado hombre de negocios George W. Davey, de quien se separó seis semanas después y se divorció en 1946.

Foto publicitaria para Sunset Boulevard (1950).

Casi diez años después de su última película, Gloria lograría uno de los regresos más recordados en toda la historia del llamado Séptimo Arte. El rol de Norma Desmond en Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950) había sido rechazado por Mae West y Pola Negri, pero Gloria lo tomó. Este cruel retrato de una estrella del cine mudo en decadencia que se imagina un regreso glorioso fue comparado con la vida de la propia Swanson y sería su personaje más recordado por el público. La actuación le valió la nominación al Oscar de 1950, pero este nuevamente la evadió y fue otorgado a Judy Hollyday por Nacida ayer, en un renglón muy reñido en el cual también competían Anne Baxter y Bette Davis, por Todo sobre Eva; y Eleanor Parker, por Sin remisión.

Foto Julian Wasser. Fuente: Vanity
Fair España.
A pesar de dar una de las mejores actuaciones en la historia del cine, la carrera cinematográfica de Swanson no progresó mucho más allá. Hizo la comedia Tres para el cuarto C (1952), pero fracasó en la taquilla. Una película italiana, Amantes de Nerón, fue presentada tres años después, pero era tan mala que no fue lanzada al público estadounidense hasta siete años después.

En los 60, apareció de vez en cuando como estrella invitada en series como Dr. Kildare, Mis tres hijos, Ben Casey y The Beverly Hillbillies, al igual que en talks show de la televisión norteamericana. En el otoño de 1971, tomó el rol de la madre de Ron en la obra de teatro de Broadway Las mariposas son libres, extendiendo el éxito una temporada más e incorporando un nuevo logro a su carrera artística.


Foto: Jack Mitchell
Luego hizo la película para televisión Las abejas asesinas (1974) y se interpretó a sí misma en Aeropuerto 75 (1974). En la cinta, una más dentro de la saga de desastres aéreos realizada por Hollywood en esa época, estaba escribiendo una autobiografía cuando Karen Black tuvo que hacerse cargo del vuelo. En una escena memorable, arrojaba los diamantes a su joyero y metía sus notas grabadas en la caja, mientras afirmaba: «Es a prueba de bombas, la gente del seguro insistió en ello.»

Su último matrimonio fue con el escritor William Dufty, desde 1976 hasta la muerte de la actriz. Dufty fue quien le ayudó a escribir su autobiografía Swanson on Swanson, publicada en 1980.


En la entrevista realizada por Timeri Murari y publicada en el periódico The Guardian el 19 de febrero de 1969, Gloria nos dejó su reflexión sobre la fama: «Muchos jóvenes quieren ser estrella... así como así. Quieren saltar de aquí para allá... en vez de subir la escalera peldaño a peldaño. Digo a todas las actrices que el fracaso es fácil de tratar. El éxito es imposible a menos que usted haya tenido la experiencia. No hay manera de lidiar con ella. Si no conduce siempre a otra cosa».

Ella, una curiosa por naturaleza, viajera empedernida, mujer emprendedora como pocas, lo conocía de sobra: fue una de las primeras en comenzar su propia compañía productora y una pionera del movimiento de alimentos orgánicos. Compró  y vendió patentes durante la Segunda Guerra Mundial, manejó su propia casa y apoyó varios maridos. En la década de 1950 diseñó una línea de vestidos —Forever young— para señoras de mediana edad con “tamaño glamour" (es decir, talla 12 en adelante) e hizo millones. 


Gloria conversa con Kate Harrington en Studio 54,
mientras Truman Capote toma una siesta.
Foto: Ron Galella.
En los 70 incursionó en la escultura, vestía jeans y no temía asistir a discotecas como Studio 54, donde fue capturada en una memorable imagen de Ron Gallella, conversando con Kate Harrington mientras un algo bebido Truman Capote tomaba una siesta.

En la estupenda entrevista realizada por Mike Wallace, en 1957, el entrevistador le preguntaba maliciosamente acerca de su retiro de las pantallas de cine:


Wallace: «…lo que busco es saber  por qué está fuera de las películas. Ahora hemos tenido otras actrices maduras que han mantenido su popularidad, tal vez incluso se incrementó a pesar de su edad... Katherine Hepburn, Bárbara Stanwyck, Joan Crawford ... podría ser ... ¿será que ellas han compensado la pérdida de su encanto juvenil con su capacidad de actuar, mientras que usted no pudo hacer eso? Por ejemplo, me gustaría leer una crítica de su actuación durante su apogeo, el columnista John Rosenfield en el Dallas Morning News, 13 de agosto de 1950. Rosenfield dice: "Definitivamente Gloria Swanson no era la mujer mejor vestida de la pantalla, ni la más bella ni la mejor actriz. Abordaba sus grandes escenas dramáticas con el talante de Betty Hutton cantando You Can't Get a Man With a Gun. Para expresar resentimiento, empujaba hacia adelante su largo labio inferior, y para transmitir dolor, se echaba un brazo sobre la cara y hundía ambos en una almohada". Fin de la cita… ¿Qué pasa con eso?»

Foto publicitaria para la película
Tonight or never
. Fuente:Silent Screen Star.
Swanson: «Bueno, supongo que viene de la técnica de actuación del cine silente en la que uno tenía que expresar sus emociones y pensamientos con el rostro; es lo que Norma dice en la película, y es bastante posible que así sea también en mi caso. Digamos que yo nunca leo todas las acotaciones del guión.  Creo que fui más conocida como personalidad, tal vez. No me refiero a mi propia personalidad, sino a  las cosas que hice para la actuación. Fue una de las espinas en mi costado, porque me sentía incluso cuando estaba en la cima de mi carrera que nunca he hecho nada para merecer elogios.»

Convertida en una leyenda viviente con numerosos seguidores, alguna vez afirmó al referirse a sus viejos tiempos de estrella: «En aquellos días, el público quería que viviéramos como reyes y nosotros los complacíamos».


Gloria en 1981. Foto: Richard Avedon
para la campaña de abrigos de mink Blackglama 
El 4 de abril de 1983, Gloria Swanson murió mientras dormía en el Hospital de Nueva York, en Nueva York. Había sido admitida el 20 de marzo para el tratamiento de lo que, según un amigo, era un ataque cardíaco leve. Tenía 84 años de edad recién cumplidos. Sus restos mortales fueron incinerados y sus cenizas enterradas en la Iglesia Episcopal del Resto Celestial en la Quinta Avenida, en Nueva York, al que por disposiciones de la estrella, asistió sólo un pequeño círculo de la familia. 

Después de su fallecimiento, de agosto a septiembre de 1983, hubo una serie de subastas en William Doyle Galleries, en Nueva York, donde se ofrecieron los muebles y objetos de decoración de la estrella, así como joyería, vesturario y recuerdos personales. Le sobreviven sus dos hijas, varios nietos y bisnietos.