viernes, 18 de julio de 2014

¿Por qué no puede ser Miss Universo una camionera?

Foto oficial de Maritza Sayalero como Miss Universo.
Fuente: revista Variedades, 1979.
Por estas fechas, hace 35 años, una joven de 18 años entusiasmaba a todo un país al coronarse como la soberana de un inexistente reino en nuestro universo. Maritza Sayalero, nacida en Caracas el 16 de febrero de 1961 e hija de españoles, representaba a Venezuela en Perth, ciudad del oeste de Australia, confrontando sus cualidades femeninas con otras 75 participantes provenientes de distintos países del orbe.

Maritza era una estudiante de Arquitectura que el ahora Zar de la Belleza, Osmel Sousa —para la época cronista social y colaborador del certamen— había descubierto mientras ella comía con sus padres en un restaurante y la convenció para participar luciendo la banda de Miss Departamento Vargas en el Miss Venezuela.

Fue una fuerte contienda la de ese año, en la cual también aspiraban alzarse con la corona Tatiana Capote, Nilsa Moronta, Nidia Centeno, Marisela Buitrago y Jeannette Rodríguez. Era la época en la cual se comentaba  que quien luciera unos zarcillos de coral rosado, pertenecientes a Carolina Herrera, sería la ganadora. Para acabar con este mito, la revista Venezuela Farándula publicó un fotoreportaje en el cual todas las candidatas lucían esta prenda.




La noche de la gala, celebrada el  16 de mayo de 1979 en el Hotel Caracas Hilton, Maritza —con su altura de 1,72 metros y medidas 89-61-89— se impuso limpiamente ante sus competidoras. La nota escandalosa la dio quien quedara como segunda finalista, María Fernanda Ramírez. Ofuscados por la posición que le habían asignado y cuando aun el programa se emitía en vivo, la madre y el hermano de la joven agredieron a Luis Teófilo Núñez, editor del diario El Universal, y a su esposa, Antonieta Scannone de Núñez, quienes eran integrantes del jurado. El alboroto obligó a que la transmisión fuera sacada del aire de manera abrupta.

Fuente: revista Ronda, 2012.
La preparación para el Miss Universo fue dura, siempre bajo la tutela de Osmel Sousa. Maritza la recordaría como unas jornada intensas:  «Fueron semanas de […] tocar puertas, aprender ciertos detalles, pedir ropa prestada [...] Yo venía, y todavía pertenezco a una familia normal, de clase media, nada de lujos ni de mucho dinero. Recuerdo que dos señoras, Maruja Beracasa y Antonieta Scannone, me prestaron la ropa para el concurso. La señora Beracasa me prestó un abrigo de zorro plateado larguísimo, un abrigo que me trajo suerte y que recorrió todo el planeta» (1).

Antes de su viaje, la Sayalero había tenido un encuentro con el presidente Luis Herrera Campíns, quien le había dicho que era un ejemplo típico de la mujer venezolana y que esperaba que ganara la codiciada corona.

En julio de 1979, Maritza se trasladó a Perth, donde ya se había iniciado la estación invernal: «Cuando llegué, después de un viaje eterno, me concentré en hacer el mejor papel. Un día me tocaba una sesión de modelaje con los fotógrafos y corresponsales que cubrían el evento, así que me puse mi bikini, uno chiquitito negro, me recogí el pelo, me maquillé, me puse mis pulseras y unas argollas grandotas, y salí para la piscina del hotel con el abrigo de zorro puesto. Hacía un frío horrible y estaba congelada. Llegué a la piscina y estaban todos los fotógrafos. De repente me subí en una piedra y les dije -en español- ‘¿ya están listos?, porque tengo mucho frío, okey’. Ellos se prepararon y yo abrí el abrigo. Nunca imaginaron que yo estaba en bikini, ¿quién sabe qué estaban esperando? Me tomaron millones de fotos, fue una locura. Yo sólo oía los flashes, y los clicks, estaba solita, pero era mi momento»(2).

Fuente: revista
Venezuela Farándula.
Los periódicos dieron cuenta de esa extraordinaria sesión fotográfica y las expectativas hacia la venezolana como potencial ganadora comenzaron a crecer. Según el diario Panorama (3), todos los cables recibidos en su redacción daban a la joven como una de las favoritas y considerando sus sobradas condiciones,  existía la posibilidad de “una gran sorpresa”.

La prensa de la época también reseñaba las estrictas medidas de seguridad implementadas en el lugar. De hecho, un fotógrafo había manifestado: «Están exagerando un poco con esto de la seguridad» (4), algo que desmintió de inmediato Harold Glasser, presidente del concurso.

Sin embargo, el mundo tenía su vista puesta en otros eventos más graves que un evento de belleza. La guerra civil nicaragüense para derrocar al dictador Anastasio Somoza parecía llegar a su fin con la toma de Managua por parte de las tropas sandinistas, registrada el 19 de julio de 1979, y la instalación de un gobierno provisional. Sin embargo, para la representante de ese país, Patricia Pineda Chamorro, no eran buenas noticias. Preliminarmente, se conoció que había desaparecido sin que se hubiese certificado su definitivo retiro del certamen. Luego se sabría que había abandonado su participación ante las amenazas de muerte recibidas por sus familiares por parte de los rebeldes sandinistas, conminándola a retirarse.

Adicionalmente, se anunció que los restos de la estación espacial estadounidense Skylab se precipitaban a tierra y se temía que pudiesen impactar en un lugar poblado del hemisferio sur, causando graves destrozos. El 11 de julio de 1979 los trozos cayeron en territorio australiano sin pérdidas humanas que lamentar.  Como parte de las estrategias promocionales, los organizadores del Miss Universo enviaron el 16 de julio a las jóvenes participantes a la aldea minera de Kargoorlie, a 225 kilómetros de distancia de Perth, donde se encontraba en exhibición pública el trozo calcinado más grande del Skylab. Un vocero de la organización dio a conocer el trato con tres hombres que habían descubierto el trozo de 1,80 por 1,20 metros, para que este fuese exhibido en el Centro de Entretenimiento de Perth durante la realización del concurso (5).

Para completar los tropiezos, la sombra de una huelga de telecomunicaciones que mantuvo prácticamente aislada a Australia durante cuatro semanas hacía temer que no pudiera transmitirse el evento, pero afortunadamente fue solucionada el martes 17 de julio.

Maritza junto a su madre, Gloria Fernández.
Fuente: revista Venezuela Farándula, 1979.
A las disputas laborales se sumaron las protestas de manifestantes feministas, siempre contrarias a este tipo de contiendas de belleza. La prensa señalaba que un grupo de militantes agredieron verbalmente a las concursantes y a miembros del jurado —entre quienes se encontraban el cantante español Julio Iglesias, el cantante estadounidense Tony Martin, la actriz italiana Rossana Podestá y la miss Universo 1975, Anne Marie Pohtamo—, a quienes les gritaron: «¡Violadores virtuales! ¿Por qué no puede ser Miss Universo una camionera?» (6). La pregunta parecía fuera de orden, pero dejaba otra interrogante más inquietante sin responder: ¿había alguna camionera interesada en ser reina de belleza?

Internamente, las cosas no marchaban mejor. Miss Puerto Rico había adquirido una fuerte infección en los oídos, que le afectó el equilibrio y requirió ser hospitalizada. Sin embargo, ayudada por Marta Mendoça, Miss Portugal; y Jacqueline Brams, Miss Perú, asistió al desfile para la elección de Miss Fotogenia, distinción que recayó en la inglesa Carolyn Ann Seaward. Otras 25 participantes presentaron una afección viral respiratoria, lo cual extremó las medidas de seguridad para evitar posibles contagios entre el resto de las aspirantes.

El 20 de julio fue el día triunfal para Maritza. Era considerada como la segunda candidata favorita, después de Miss Inglaterra, Carolyn Seaward. El concurso se efectuó en el Centro de Entretenimiento de Perth, a un costo de cinco millones de dólares; y fue televisado vía satélite a 48 países, para un total de 600 millones de televidentes. Las jóvenes, a quienes se les pagó 100 dólares por aparecer en el certamen, fueron sometidas a ensayos durante un promedio de 10 horas diarias.

Para recordar la participación de la venezolana en el Miss Universo 1979, a continuación pueden disfrutar un video con los momentos más importantes:


Nuestra representante siempre lideró las puntuaciones, tanto en traje de baño, traje de gala y en las rondas de preguntas. Cuando Bob Barker, el maestro de ceremonias, anunció a Gina Swainson, Miss Bermuda, como primera finalista y a Maritza como la nueva soberana del universo, la caraqueña se llevó las manos al rostro y empezó a llorar incontrolablemente, al tiempo que la surafricana Margareth Gardiner, la reina saliente, la coronaba. Barker abrazó a la ganadora y la condujo al trono, ubicado en el centro del escenario. Allí comenzó otro drama: unas 20 participantes se acercaron para felicitar a la venezolana y minutos después la plataforma se desmoronaba, mientras una docena de candidatas caía gritando desde una altura de tres metros. Según trascendió en la prensa,  el problema ocurrió cuando uno de los organizadores invitó a los fotógrafos al escenario. Se concentraron así unas 200 personas en una sección construida para soportar a  las 75 candidatas. «Esa plataforma simplemente no podía aguantar tanto peso», diría Harold Glasser.

«Sentí que la silla se movía y oí que las muchachas gritaban y caían por los lados», contaría Maritza, a través de un intérprete, en la conferencia de prensa posterior a la elección (7). «Empujé a Miss Colombia cuando se disponía a besarme. Pedí a Dios que no ocurriese nada malo a las muchachas. Fue increíble».

Dos de las concursantes resultaron seriamente lesionadas: Fusin Tahire Dermitan sufrió una fuerte contusión  cerebral y se temía por una fractura craneal. Luego de 24 horas de observación médica, salió del hospital. Por su parte, Miss Malta, Dian Borg Bartolo, presentó contusiones en las piernas y caderas, pero también fue dada de alta posteriormente. De igual manera Miss Costa Rica, Carla Facio Franco, resultó afectada con contusiones y Miss Inglaterra  se hirió en la pierna.

Superado el susto del incidente, Maritza dijo a los periodistas: «Estoy muy contenta porque soy la primera venezolana que llega a ser Miss Universo. En este momento estoy muy emocionada y no puedo decirles mis planes para el futuro».

Más tarde, en la conferencia de prensa donde aceptó que tenía novio, expresaría con cierta tristeza que al ganar el concurso tendría que abandonar por un año su carrera de Arquitectura, «pero continuaré después. Quiero ser arquitecta». Al preguntarle los periodistas qué haría con los 10.000 dólares que ganaría (unos 322 mil bolívares de la época), respondió: «Haré que produzcan». Años después se supo que la mitad de ese dinero lo había entregado a sus padres.

El recibimiento a Maritza a su regreso al país fue televisado a través de Sábado Sensacional y se convirtió en todo un acontecimiento mediático. Durante su reinado tuvo oportunidades para dedicarse al modelaje y al cine, pero ella declinó dedicarse al mundo del espectáculo. Aunque cumplió de manera destacada con sus compromisos, también tuvo sus desatinos: durante su visita a Chile, tuvo un encuentro con el dictador Augusto Pinochet. A su salida, los reporteros le preguntaron qué le había parecido el personaje en cuestión, a lo cual ella respondió: «Pinochet es lindo y bello».

Raúl Ramírez y Maritza. Fuente: elanecdotario.com
Seis meses después de haberse coronado, Maritza visitó Ensenada, en Baja California, como parte de sus responsabilidades como soberana del universo. Allí conoció al tenista mexicano Raúl Ramírez, de quien se enamoró casi a primera vista y con quien contrajo matrimonio el 6 de diciembre de 1980, seis meses después de concluir su reinado. Del novio anterior nunca se volvió a hablar. Tampoco fue culminada la carrera de arquitecta.

Maritza en 2010. Foto: Gustavo Bandres, El Universal.
Al periodista Mario Aranaga le confesó en una entrevista para la revista Estampas (8), en el 2003: «No quería ser artista, ni modelo, ni comentadora de televisión, sino vivir muchas experiencias, y créeme que lo he hecho. Después de veintitrés años de matrimonio veo a mis tres hijos, mi marido fantástico, no puedo pedir más». Al final se demostró que la reina de belleza solo aspiraba alcanzar lo que anhela cualquier ser humano, incluso las camioneras que con tanto ardor defendían las feministas de finales de los 70, aunque sin las dietas rigurosas, los ensayos ni la exhibición en traje de baño o de gala ante millones de ojos. Pero, ¿quién dice que el mundo es perfecto?

Fuente: @SayaleroMissU79.
El 17 de junio de 2014, a sus 53 años, Maritza Sayalero se convirtió en feliz abuela de Raúl Ramírez IV, primogénito de su hijo mayor Raúl Ramírez Sayalero.

Hasta la fecha, ninguna camionera ha logrado coronarse como Miss Universo.
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(1) Érase una vez Maritza Sayalero. Entrevista realizada por Mario Aranaga para la revista Estampas, del diario El Universal, año 2003.
(2) Ibídem.
(3) Venezuela podría amanecer con una “Miss Universo”. Diario Panorama, 19/07/1979, página 24.
(4) Candidatas a Miss Universo buscan trozos del Skylab. Diario Panorama, 17/07/1979, página 3.
(5) Ibídem.
(6) Bs. 322 mil recibirá por este título. Diario Panorama, 21/07/1979, página 42.
(7) A punto de morir estuvieron 20 candidatas. Diario Panorama, 21/07/1979, página 42.
(8) Érase una vez Maritza Sayalero. Revista Estampas, 2003.

Otras fuentes consultadas:

Miss Venezuela 1979, Maritza Sayalero, publicado en diario Últimas Noticias, 02/08/2012, disponible en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/chevere/espectaculos/miss-venezuela-1979--maritza-sayalero.aspx#ixzz37mqqIMq9

Maritza Sayalero ganó Miss Universo. Diario Panorama, 20/07/1979, página 1.

Miss Venezuela, una cantera de talentos. Revista Ronda, edición de colección, 2012.

lunes, 7 de julio de 2014

¡Oligarcas, temblad!

Pierina España y José Luis Rodríguez, marcados por
Sangre Azul. Fuente: revista Venezuela Farándula.
Meses después de la muerte de su esposo, el banquero Alfredo Gómez- Ruiz, Pierina España hizo un sorpresivo hallazgo: en el clóset de su vivienda estaban guardadas cintas de video con dos de sus novelas más conocidas. Estefanía era una de ellas; la otra, Sangre Azul, la cual el pasado mes de abril cumplió 35 años de su estreno en la pequeña pantalla venezolana.

“Lo cuento y me da mucho sentimiento”, refirió la actriz al periodista Néstor Llabanero para la revista Estampas (1). “A los meses de haberse ido, yo abrí el clóset y vi una cantidad enorme de casettes, donde estaban mis dos telenovelas. Él nunca me dijo que lo había hecho. Los vine a poner hace poco y vi parte de mi trabajo…Me vi y sentí que era otra persona la que estaba allí, y hasta creo que es como si yo hubiese tenido dos vidas". Precisamente, en una de esas vidas, Pierina interpretó a nuestra particular Scarlet O’hara: Mariana Granados.

Julio César Mármol.
Fuente: El Nacional.
En 1979, el escritor Julio César Mármol se planteó recrear una trama romántica con la Guerra de Federación venezolana como marco histórico. En este periodo del siglo XIX, iniciado el 20 de febrero de 1859 y culminado el 24 de abril de 1863, ocurrió el enfrentamiento militar entre tendencias conservadoras y liberales. Para quienes desconocen acerca de estos hechos, es oportuno señalar que luego de la independencia de España y de la Gran Colombia, se instaló en nuestro país una oligarquía agraria que mantuvo el orden establecido durante el periodo colonial, con la explotación de la tierra mediante el sistema latifundista.

La nueva oligarquía estaba constituida por miembros de la antigua aristocracia criolla unidos a una nueva clase social surgida durante la gesta independista. Paralela a esta nueva oligarquía se encontraba una burguesía comercial, que anhelaba ocupar nuevas posiciones de poder y que conformaba el partido conservador.

En el ámbito social, las tierras y la ganadería estaban en manos de unas pocas familias, entre las cuales se incluían las de caudillos militares de la época independentista, mientras que muchos esclavos libertos, al no encontrar trabajo, habían tenido que regresar como sirvientes a las casas de sus antiguos amos o se encontraban en una dramática situación de miseria. La situación económica del país en 1858 se había depauperado y el partido liberal predicaba la igualdad social y la aniquilación de la injusticia predominante.

Fuente: revista Variedades, año 1979.
Con este referente en mente, Mármol creó Sangre Azul. Para su autor, esta obra era “una historia de amor que trata simplemente de mostrar la desaparición de la oligarquía como clase social que se mantuvo aun después de la Guerra de Independencia. Aunque creo que la Federación fue una gesta perdida, porque posteriormente los liberales se aliaron a los antiguos oligarcas para constituir una clase social dominante. La Guerra de la Federación es un tema apasionante, vigente.  De allí partió el surgimiento de la Venezuela moderna, que solo se detuvo durante los 30 años de la dictadura de Juan Vicente Gómez”.

María Teresa, José Antonio y Mariana. Fuente: diario El Nacional.
La trama ideada por Mármol narraba varios episodios imaginarios ambientados en esa época. Estaba basada ligeramente en la novela Lo que el viento se llevó, de la escritora norteamericana Margaret Mitchell, pero trasladada a la Guerra Federal de Venezuela. Para ubicar a los personajes en un contexto histórico creíble, el escritor confesó que había leído varios libros sobre esos hechos, entre ellos la obra de Level de Goda, edecán de Juan Crisóstomo Falcón y quien conoció personalmente a Ezequiel Zamora. También se consideraron datos provenientes de los libros de José León Tapia Por aquí pasó Zamora y Tierra de marqueses, al igual que unos volúmenes editados por la Oficina Central de Información (OCI) sobre la Guerra de Federación y otras publicaciones testimoniales.

Pierina sumó talento a su belleza. Fuente:
diario El Nacional.
Julio César Mármol nunca ocultó su interés por recrear hechos históricos. “Muchas de mis novelas han surgido del pasado, por ejemplo, en El desprecio, yo me inspiré en Claudio, el emperador romano…Yo siempre he dicho que soy como un historiador frustrado y que desde niño fue mi gran pasión”, señaló al diario Panorama en una entrevista realizada en 2006 (2). A su juicio, a través de estas novelas el público descubría aspectos del pasado, “desde las modas hasta la forma de comportarse o hablar. Los jóvenes pueden descubrir datos históricos y reciben un aporte cultural importante” (3).

Con esta motivación en mente, es fácil entender el entusiasmo con que emprendió Mármol este proyecto, el cual contó con la aprobación de Radio Caracas Televisión. No era la primera vez que acontecimientos de nuestro pasado eran recreados en la televisión venezolana, pues series como Boves, el Urogallo (1974) habían demostrado su éxito contundente ante una audiencia ávida de nuevos planteamientos dramáticos.

José Luis Rodríguez, Carmen Julia Álvarez y Erick
Noriega, durante un ensayo con el director César
Bolívar. Fuente: Noticiero digital.
Luego de varios meses de trabajar en los libretos junto a un equipo de profesionales, se iniciaron las grabaciones de la telenovela, la cual requirió de una muy cuidada producción a cargo de Juan Lamata. Las escenas se grabaron tanto en exteriores como en estudio. La escenografía correspondió a Manuel Mérida, uno de los mejores profesionales del área de nuestra televisión, quien trató de recrear con gran fidelidad la arquitectura de la época. De igual manera el vestuario trató de reflejar un máximo de fidelidad a la moda de ese momento. La dirección estuvo a cargo de César Bolívar, joven cineasta cuya formación rindió buenos frutos en esta producción televisiva.

Pierina en una escena junto a Linda Olivier.
Fuente: revista Encuadre No. 70
El elenco tuvo como figuras principales a Pierina España, José Luis Rodríguez, Jean Carlos Simancas y Carmen Julia Álvarez, acompañados por destacados actores y actrices como María Teresa Acosta, Agustina Martín, Hugo Pimentel, Tomás Henríquez, Linda Olivier, Eduardo Cortina, Arturo Calderón, Zulay García, Yajaira Orta, Javier Vidal, Erick Noriega, Grecia Colmenares y Julio Bernal, entre otros.

Pierina ya había tenido responsabilidad estelar en telenovelas en CVTV, la predecesora de la actual Venezolana de Televisión, tales como Claudia, al lado del primer actor Luis Salazar; así como en Indio, donde hacía pareja con José Luis Rodríguez. Antes de Sangre Azul, la carrera de la actriz en RCTV había ido paulatinamente en ascenso y su rol como la madrastra de El Puma en La hija de Juana Crespo, había recibido muy buenas críticas, al igual que su participación en Piel de Zapa. En el canal de Bárcenas ya había protagonizado Sonia, en 1978, junto a Jean Carlos Simancas, así que cuando se presentó la oportunidad de Sangre Azul, Pierina estaba más que lista para asumir la notoria figuración que vendría después, no solo con esta serie sino con su éxito posterior, Estefanía.

La dulzura de Carmen Julia Álvarez en el
personaje de María Teresa. Fuente: revista
Venezuela Farándula, año 1979.
Por su parte, José Luis venía consolidando de manera exitosa tanto su carrera interpretativa como musical, en la cual ya preparaba un prometedor lanzamiento internacional. La química entre ambos era notoria, por lo cual la imagen dulce de Carmen Julia y la gallardía de Simancas completaba perfectamente el cuadro protagónico.

El argumento de Sangre Azul puede resumirse de la siguiente manera: Mariana (Pierina España) es la hija mayor del Marqués de Granados (Hugo Pimentel) y su esposa Adelaida (Agustina Martín). Junto a sus hermanas Leonor (Zulay García) y María de los Ángeles (Grecia Colmenares) vive una vida despreocupada, en la cual solo busca divertirse y coquetear con sus posibles pretendientes, sin percatarse de los agitados hechos que se desarrollan a su alrededor. Esta actitud frívola y su interés en captar la admiración de quienes la rodean no era bien vista por la sociedad de la época, atenta a los acontecimientos que anuncian el posible inicio de una guerra civil liderada por sectores liberales que desean acabar con la oligarquía imperante y sus privilegios.

Carmen Julia y Jean Carlos Simancas.
Fuente: diario El Nacional.
Entre los muchos pretendientes de Mariana se encuentra Álvaro (Jean Carlos
Simancas), con quien le gustaría casarse, para desgracia de su hermana María de Los Ángeles, quien está enamorada de él. También está José Antonio (José Luis Rodríguez), un joven militar quien a los desplantes y a la altivez de Mariana respondía con iguales desprecios y salidas airadas. Es precisamente esta actitud de aparente rechazo lo que hace que ella se enamore de él, aunque al principio no lo acepte, por su capricho con Álvaro. A pesar del interés mutuo, José Antonio se casa con María Teresa (Carmen Julia Álvarez), una joven sencilla y frágil, profundamente enamorada de él. Al iniciarse la rebelión civil, Mariana debe enfrentar la tragedia de la muerte de su madre y la ruina de la hacienda de su padre, lo cual la hace asumir las riendas de su familia con responsabilidad y fuerte carácter, en medio del caos imperante. A pesar de los obstáculos, el destino permite a la pareja unir sus vidas en un previsible final feliz.
José Antonio y el padre Cándido.
Fuente: Foro Recordar es vivir.
Tomás Henriquez interpretó al padre Cándido; María Teresa Acosta, a la esclava liberta Juana Bautista; Arturo Calderón encarnó al malvado Cuaima y Eduardo Cortina a un villano miembro de la nueva clase social emergente, ávido de poder económico, quien se empeña infructuosamente en que su hijo, Javier Vidal, se conecte con la oligarquía. Yajaira Orta fue la hermana de José Antonio y Linda Olivier, su madre. Pedro Durán se hizo cargo nuevamente de un rol como esclavo liberto llamado Sebastián y el estupendo actor Julio Bernal fue Juan Pablo, mestizo criado en la hacienda. Especialmente conmovedora se convirtió su escena en la muerte de Agustina Martín, quien era su madrina. Intervinieron además más de un centenar de extras.

Zulay García y María Teresa Acosta. Fuente: diario
El Nacional.
María Teresa Acosta, en una entrevista publicada en el diario El Nacional (4) no ocultó su entusiasmo por este nuevo trabajo televisivo: “Estoy fascinada con mi papel porque es muy humano, ella defiende su raza, es explosiva y una ferviente devota de San Sebastián. También cree en las yerbas, sin que por eso sea bruja”.

Por su parte, en entrevista realizada el año 2010 (5), Pierina calificaba a Sangre Azul como la telenovela que le había dejado mejor recuerdo de toda su trayectoria: “Me gustó hacer Mariana. Fue un trabajo al que se le puso cariño, para el cual Radio Caracas hizo una gran inversión, compró un anticuario completo para la realización. Los escenarios eran espectaculares, hasta las casas en estudio tenían techo, lo cual resultó una novedad".

A continuación una pequeña escena del capítulo final de la telenovela:



La novela se estrenó el 24 de abril de 1979 y fue considerada la producción más costosa realizada en esos años en la televisión venezolana. El periodista Aquilino José Mata la alababa (6) como un ejemplo a seguir: “Su elaboración en general es impecable. Por otra parte, es un precedente interesante en este tipo de espacios. Ha introducido la modalidad de presentar situaciones basadas en la verdad histórica, respetándola en todas sus formas. De los programas del género que actualmente transmiten los distintos canales es el más televisivo”.

Fuente: diario El Nacional.
Al referirse a la dirección técnica en estudio y exteriores de Bolívar, comentaba: “La fotografía de “Sangre Azul” es cinematográfica, impactante, dinámica, hermosa. Allí se muestra la influencia del cine en su realizador, uno de los más audaces e imaginativos. La escenografía, además de aparecer fielmente ajustada a la época, refleja sus diferentes ambientes, la clase social y la posición económica de sus moradores.”

Julio César Mármol, en entrevista concedida a Mata (7), enfatizaba al lenguaje utilizado en la novela: “Allí no hay nada altisonante. En las producciones históricas se ha tendido a poner a hablar a los personajes tal y como se escribía en su época. Eso no sucede solo ahora. Así ha sido siempre. En tal sentido me he preocupado en indagar cómo era el venezolano de la época, cuya expresión, como bien lo decía Francisco de Miranda, era “un bochinche”, producto de las influencias del español, el indio y el negro en el lenguaje”.

Se ha dicho que Sangre Azul no tuvo la aceptación esperada, lo cual no es cierto. Su competencia a la misma hora era Holocausto, un suceso de audiencia internacional, transmitida por Venevisión. Según revelaba Mármol, tres veces se enfrentó a esa miniserie y dos veces le había ganado en audiencia. La verdad es que la telenovela inicialmente estaba prevista para 200 capítulos y se transmitía en tres emisiones semanales a las ocho de la noche. Posteriormente, debido a los altos costos, se redujo a 46 episodios y fue presentada los miércoles a las ocho de la noche.

Pierina y Jean Carlos, triunfadores
en los premios ACE 1982.
Tres años después de su culminación, Sangre Azul fue transmitida en Estados Unidos por el canal en español WNJU 47 de Nueva Jersey, por lo que fue nominada para la 14º entrega anual de los Premios de la Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE), de Nueva York. El acto se llevó a cabo el 27 de marzo de 1982 en el Town Hall de Manhattan, donde la telenovela fue galardonada con premios a la mejor actriz (Pierina España), mejor coactuación masculina (Jean Carlo Simancas) y mejor programa escénico.

Lamentablemente, esta telenovela no ha sido reestrenada en la pequeña pantalla ni lanzada a la venta al público en formatos alternos como vídeos, lo cual limita a toda una nueva generación para validar sus méritos artísticos, así como para conocer parte de nuestra historia televisiva, tristemente echada al olvido.

Como bono para nuestros lectores, comparto estas sublimes imágenes de Pierina España, captadas por el lente del fotógrafo Fernando Carrizales y publicadas en la revista Venezuela Farándula en junio de 1979 como parte del plan promocional de la telenovela:



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(1) Señora Pierina, entrevista realizada por Néstor Llabanero y publicada en la revista Estampas, diario El Universal, 24 de enero de 2010.

(2) Cita con Julio César Mármol: “Sería un progreso volver al pasado con las telenovelas”. Entrevista realizada por Luis del Villar, diario Panorama, 22/03/2006, pág. 3-12

(3) Diario Panorama, 06/05/2001, página 3-12.

(4) El Nacional, 17/04/1979, página B-20.

(5) Revista Estampas, El Universal, 24 de enero de 2010.

(6) Diario El Nacional, 31/05/1979, página B-32.

(7) Ibidem.