lunes, 11 de septiembre de 2017

1967: Marina y Bardina brillan con "Lucecita"

La leyenda rosa encarnada por la pareja Marina Baura - Jose Bardina
tuvo su punto máximo en Lucecita.
En 1967 los medios de comunicación social venezolanos anunciaban el estreno de Lucecita en el canal 4. Este melodrama había sido de las primeras radionovelas escritas por Delia Fiallo, quien había logrado con ella gran receptividad en la radio cubana. Cuando tocó el turno de llevar adaptaciones de estas producciones radiales para la televisión de ese país caribeño, Delia no dudó en seleccionarla por su probado éxito.

Al profundizarse las medidas implementadas por el gobierno de Fidel Castro en la isla, la autora cubana salió al exilio en 1966 y estableció su residencia en Miami, Estados Unidos. Al año siguiente se presentó la oportunidad de iniciar una relación profesional con los Cisneros a través de su canal Venevisión. ¿Cuál de sus guiones propuso llevar a la pantalla? Por supuesto, Lucecita, en una adaptación a cargo de la escritora venezolana Ligia Lezama, quien regresaba a la TV después de un receso. Ella se encargaría de aumentar algunas escenas y ajustar el libreto a la audiencia criolla.

Eva Moreno
Ese año, la televisión nacional exhibió producciones dramáticas de gran impacto. Durante el mes de julio, el canal de la competencia —Radio Caracas Televisión, RCTV— había comenzado a grabar en videotape los primeros capítulos de La Tirana, la obra de Manuel Muñoz Rico que marcó el retorno de Eva Moreno al medio televisivo, con el galán Edmundo Arias. Entre el reparto se encontraban Amalia Pérez Díaz, José Jordá y Rafael Cabrera. Reaparecía Eduardo Serrano, para la época un joven actor prometedor, mientras que Bárbara Teyde hacía su primera actuación en el staff de Bárcenas. La Tirana se estrenó a partir del mes de agosto, meses después de Lucecita, en horario de 9:00 de la noche.

Sin tener rival en su horario de 6:00 pm, Lucecita fue transmitida de lunes a viernes para reforzar el bloque vespertino de dramáticos; antecedía a La pasión de los débiles primero y, al terminar esta, a La otra. Inserta dentro de la tradición romántica del melodrama rosa —muchacha inocente del campo viaja a la ciudad y trabaja como sirvienta en casa del joven rico; allí es víctima de la(s) maldad(es) de la(s) villana(s) y luego de muchas vicisitudes, descubre que ella también es rica y alcanza el amor—, significó una gran oportunidad para muchos de los que intervinieron en su realización. De hecho, se convirtió en el lanzamiento de una nueva pareja protagónica para el canal: Marina Baura y José Bardina, quienes a partir de entonces lograron una posición estelar.

El elenco reunía a destacadas figuras de la actuación, entre las cuales se encontraban Carmen Antillano, como la abuela aristócrata; María Luisa Rico como la altiva Graciela; Leonardo Oliva, como el amargado y sufrido Álvaro; José Oliva como Miguel, el hombre apegado a los convencionalismos sociales; Esperanza Magaz como la humanitaria Modesta; María Isabel Alba como la graciosa Fefa; y la reaparición de Néstor Zavarce como actor. La dirección estuvo a cargo de Tito Borbollo y Juan Lamata, un director que estuvo al lado de la Baura en varias de sus telenovelas más conocidas y a quien ella profesó un afecto especial.

En ese momento, Marina era considerada como “una actriz que se destacaba notablemente y una de las más talentosas del medio”. Su verdadero nombre era Julia Pérez y había nacido el 1º de noviembre de 1941 en Santa María Madre, un pueblo de Galicia, España. Al poco tiempo su familia se mudó a Celanova, donde transcurriría su infancia y adolescencia. A los 14 años de edad debieron emigrar a Latinoamérica; fue así como se radicó junto a sus padres y su hermano Jesús en Venezuela.

Marina Baura: Color de Oro.
A pesar de su timidez, decidió ingresar al medio artístico a principios de los años 60, primero como modelo. En esa faceta destacaría en varios comerciales, especialmente en una publicidad de la Cerveza Caracas, en la que se le calificaba como “Color de Oro”, asociando su rubia cabellera a uno de los atributos de esta bebida.

En esa etapa, la inexperta Julia exhibía tanto sus atractivas cualidades físicas como un talento aún sin pulir para la interpretación. Consciente de la necesidad de desarrollar sus habilidades histriónicas, estudió arte dramático con el reconocido actor y director Paul Antillano en la academia Carmen Antillano. «Realmente lo que me gustaba era la actuación. Como modelo yo era muy mala», señaló en una ocasión.

Fuente: diario Panorama.
Estaba decidida a lograr destacar en el medio artístico venezolano y, por ello, no perdió oportunidad para entrenarse y mostrar su talento ante el público, aunque significara pequeñas apariciones. Así, logró hacer de extra en El Casino de la Alegría, bailó durante un mes en El Show de Renny y logró su primer trabajo como actriz en la serie Casos y cosas de casa, con América Alonso y Jorge Félix, donde  interpretó a una mucama que le provocaba celos a la Alonso. «Tenía que decir 'Sí, señor', 'No, señora' y me temblaba todo», comentó la actriz en una entrevista para la revista Todo en Domingo. También haría un pequeño personaje llamado Karuka en El Escuadrón Tacamajaca, un programa en vivo con Chuchín Marcano; e intervendría en La Quinta de Simón, junto a Simón Díaz.

Ya había incursionado en el cine, donde hasta 1967 había participado en cuatro películas. En 1962 intervino como extra en una breve escena junto a Ada Riera en la película Acosada, protagonizada por Libertad Leblanc y Néstor Zavarce. La primera en la que tuvo un rol de mayor importancia fue en Cuentos para mayores (1962), específicamente en el capítulo denominado La falsa oficina del supernumerario, junto a Rafael Briceño. Esta aparición representó su debut de la mano de Román Chalbaud, quien le sugirió cambiar su nombre real —el cual consideraba anodino— por el de Marina Baura. A esa le siguió una pequeña aparición en El raspado o Aventuras de un sinvergüenza (1964), dirigida por René Cardona Jr.; y luego un rol secundario en Yo, el Gobernador (Cardona Jr., 1965), junto a Joselo y José Jordá.

Marina Baura, de 19 años; y Ada Riera, de 14 años: dos extras de lujo en el film Acosada (1962).
Fuente: canal YouTube de Paúl Salazar Rivas.

En esta entrevista para la serie Archivo de la Palabra, de la Biblioteca Nacional, Marina cuenta cómo nace su nombre artístico:


Escena de la tercera historia de Cuentos para mayores: La falsa oficina del supernumerario, con Simón Díaz,
Rafael Briceño y Marina Baura. Fuente: canal YouTube de  Héctor Acosta Rojas

Amelia Román y Marina Baura en Madres
Solteras
(1966). Fuente: Getty Images.
Fotografía: Joseph Fabry
Sin embargo, su mayor logro se produjo al ser seleccionada como Yolanda, la hermana de la protagonista, en Madres solteras, con Amelia Román y Jorge Félix. A su juicio, «este trabajo me emocionó mucho porque era la primera vez que me daban un papel importante. Después de eso vino Lucecita…».

La actriz recordó en una entrevista que cuando le propusieron hacer la prueba para estelarizar Lucecita, no pensó lograrlo. A pesar de ello, accedió a cortarse el cabello, teñírselo de color oscuro y probar suerte. En ese momento, Marina se acababa de casar con el periodista Felo Jiménez y pensaba retirarse, «pero me ofrecieron ese papel y lo acepté. Por lo general, el público que ve telenovelas es sencillo, busca un mensaje bonito de amor o de mentiras y engaños, pero no algo complicado porque la idea no es complicar la vida del ama de casa», agregó.

José Bardina, todo un galán.
Para José Bardina, Madres solteras igualmente había sido un paso importante en su carrera. Como Marina, él también era de origen español, nacido el 27 de marzo de 1939 en Barcelona. Había estudiado hasta el tercer curso de bachillerato y también algo de contabilidad, pero en 1958 lo abandonó todo para concentrarse en su formación como actor en la Escuela Juana Sujo, en Caracas.

El escenario teatral se convirtió en el lugar de sus inicios como intérprete y en 1961 dio el salto a la televisión al ser contratado por  RCTV. Luego de varios roles menores, en 1965 encarnó a un célebre personaje de ficción conocido como El Halcón, que le granjeó las simpatías del público. Su transición hacia las telenovelas a través de Madres solteras fue fundamental para su proyección como galán y el logro de la estabilidad en su profesión. Lucecita fue el segundo escalón de lo que a futuro se convertiría en una fructífera carrera.

Ivonne Attas personificando a Angelina.
Fuente: diario Panorama, 1967.
En este teledrama destacaba además Ivonne Attas como la mala de la historia. En el diario Panorama (1967) se alababa la labor desplegada por ella y se la describía como una actriz que “siempre cumplió en los trabajos que a lo largo de su carrera le fueron encomendados”. De igual manera, destacaban su participación en Madres solteras, donde desempeñó un papel noble y humano que le valió el reconocimiento general del público, pero a juicio del periódico, ella estaba a la espera de su gran oportunidad de brillar y esta llegó en el rol de villana en Lucecita.

Su personaje de Angelina era “...de extraordinaria fuerza, de diversas transiciones, muy temperamental, lleno de amargura y frustraciones, inclinado al egoísmo y a la farsa“. Según el redactor de la nota periodística, ella lograba un insuperable trabajo artístico, pues el personaje fue aceptado y estudiado por Ivonne, “quien juega con él, lo conduce con propiedad y conocimiento…En un diálogo o un monólogo la vemos pasar de un estado apático a uno eufórico, de una bondad extrema a una inusitada violencia y para hacer esto frente a una cámara de TV, se necesita ser primero actriz y después también actriz”.

Ivonne Attas, un ángel perverso.
Lo que más cautivaba de esta interpretación era la diferencia entre el rol que le había tocado asumir en la ficción y su comportamiento en la vida real, pues Ivonne era considerada una dama de modales finos, de distinguida prestancia y de una bien acusada personalidad. En 2012, la actriz de origen sirio —nació en Damasco el 2 de agosto de 1943—recordaba los inicios de su relación profesional con la Baura:

«Mi relación con Marina empieza hace muchos años en un canal de televisión, con una telenovela que se hizo famosa en el mundo entero, porque ha sido grabada con diferentes títulos en otros países. Se trata de Lucecita, de la extraordinaria escritora de telenovelas, Delia Fiallo. Al éxito de esta novela siguieron otras de la misma autora, donde tuvimos el agrado de trabajar juntas, como lo fue La Señorita Elena. Por supuesto, allí también nos peleábamos ambas por el galán de moda de esa época, José Bardina. Cada una en su rol, ella de buena y sufrida, y yo de villana, donde estuve encasillada durante muchos años gracias a que Delia siempre escribió para mí estos personajes que me hicieron famosa …». (La TV en el banquillo, 26 de marzo de 2012)

José Oliva. Fuente: Panorama, 1967.
José Oliva, calificado por los medios como un actor recio, de gran personalidad y magnífica dicción, obtenía en esta novela una vitrina para exhibir sus cualidades histriónicas. En la columna “Tips”, de Ebert J. Lira (Panorama, 1967), se indicaba que Oliva se había retirado de la televisión donde años atrás “brindara tan buenos trabajos de actor en 'Domingos a las nueve' por el canal 2. Venevisión pensó en él para un personaje central en Lucecita y los días han demostrado su calidad interpretativa, su seguridad escénica que le permite bordar un papel bastante difícil y que requiere un gran trabajo encarnando a Miguel, personaje que le ha puesto de nuevo en primer plano de popularidad”.

La pareja de Marina y Bardina alcanzaría con esta producción un éxito sin precedentes. De hecho, Lucecita fue calificada por el diario Panorama (columna De aquí y de allá, Ebert J. Lira, 1967) como la “telenovela de mayor éxito en los últimos tiempos”.

En un giro curioso donde la realidad se fundía con la ficción, Marina quedó embarazada, al igual que su personaje en la trama: «Di a luz durante las grabaciones y, de hecho, mi hija salió en la novela. El embarazo se me notaba poco, era mi primer bebé, así que pudimos disimularlo. Hacíamos tomas cortas para que no me cansara, usaba vestidos anchos para que no se viera y cuando llegó la hora del parto se adelantaron algunos capítulos, pero apenas di a luz debí empezar de nuevo».

Marina en el camino a la fama. Fuente:
grupo Facebook Caracas en Retrospectiva
Para la actriz, el impacto de la protagonización le dejó gratos recuerdos, pero visto en retrospectiva ¿qué significó realmente para Marina su ascenso en el plano laboral? Ella lo resumió de manera muy sencilla: «Si los directores ven que tú rindes y que cumples con ciertas condiciones, te dan un papelito más grande y punto…Significó trabajo, hacerme una plataforma económica, hacer amigos que estuvieron en mi vida y que aún están. Mis hijas vieron la luz en la televisión: Marifé nació por Radio Caracas, Lolymar por Venevisión y Mónica es la única que nació fuera, pero prácticamente dentro».

- Cuando hice Lucecita, como cuando se hacen las cosas por primera vez, sentí que todo era bello. Todos éramos excelentes compañeros. Nada me molestaba, la pasé maravillosamente. Cuando di a luz, me llegaron ramos de flores de gente que ni conocía. Se cree que cuando tienes éxito con una novela llegas al estrellato y no es verdad. Corrimos con la suerte de que la novela gustó mucho y eso aumentó nuestra popularidad. Creo que en la mitad del camino se le agregaron capítulos y personajes a la trama, para poder alargarla. Por eso duró como dos años.

Paralelamente, la fama de Bardina fue muy comentada en ese momento: “El nuevo galán del canal 4 tuvo ocasión de saborear su popularidad en el reciente viaje que efectuara con otros artistas de Venevisión a la hermosa isla de Margarita. Las pavitas lo asediaron por todas partes y fue la primera figura más aplaudida de la delegación” (Panorama, julio de 1967).

Una pareja que hizo historia. Fuente:
grupo Facebook Caracas en Retrospectiva
La dupla Baura-Bardina daría aún más que hablar. A este hit seguirían La Señorita Elena (1968), Rosario (1969) y Lisa, mi amor (1970). Es precisamente al comenzar la década del 70 cuando Marina recibe una tentadora oferta de RCTV. Se muda de canal para interpretar junto a Oscar Martínez La virgen ciega (1970 y, luego, Cristina (1970), junto a Raúl Amundaray, pero ambas no contaron con el favor del público. Hubo que esperar hasta La Usurpadora (1971), cuando su doble papel de Alicia Estévez/Rosalba Bracho consolidaría el binomio Baura-Amundaray. Este rol la haría merecedora del reconocimiento de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (ACE) como mejor actriz y la llevó a cantar en escenarios extranjeros, algo en lo cual ya había incursionado en 1969, cuando grabó un disco de canciones de Navidad que presentó en De Fiesta con Venevisión.

Aunque el próximo vehículo dramático de Marina junto a Elio Rubens —La Indomable (1972)— tuvo muy buenos niveles de audiencia, Raúl y ella se reunirían otra vez en nuevas producciones: La Italianita (1973), Valentina (1975), Resurrección (1977), TV Confidencial (1978) y Mabel Valdez (1979), pero ninguna tan exitosa como La Usurpadora.

A estas alturas, es necesario precisar que Marina estaba evolucionando en lo profesional, alejándose paulatinamente del personaje de damita joven en novelas rosa. En 1974 se incorporaría a la llamada telenovela cultural liderada por RCTV con la versión de Doña Bárbara, protagonizada con Elio Rubens; también encabezaría el elenco de Canaima y La balandra Isabel llegó esta tarde (1976), junto a Miguelángel Landa, así como Sobre la misma tierra (1976). Natalia de 8 a 9 (1980), de la mano de José Ignacio Cabrujas, marcó su madurez en la actuación, acompañada por otro actor de grandes dimensiones, Gustavo Rodríguez, con quien se le emparejaría nuevamente en Gómez II (1981) y Chao, Cristina (1983).

Entrada de la telenovela Natalia de 8 a 9. Fuente: canal YouTube de Venenovelas.

Su vida personal siempre estuvo expuesta al público, pero su discreción y hermetismo logró mantenerla alejada de murmuraciones y escándalos dentro de los predios faranduleros, incluso cuando se divorció de Felo Giménez y años después se casó con Hernán Pérez Belisario.

Al preguntársele qué hacía la diferencia entre encarnar un rol creado por Cabrujas y otro por Delia Fiallo, Marina respondió:

- Para mí los dos han sido muy importantes, cada uno en su estilo. Delia Fiallo significó mi comienzo como actriz aquí en Venezuela, haciéndome protagonista por primera vez; y José Ignacio me cambió de “damita” a primera actriz con Doña Bárbara.
Bardina y Lupita pronto conformaron
una nueva pareja ideal. Fuente: Tele-Guía. 
Por su parte, José Bardina también tuvo una transición vacilante hacia nuevas parejas protagónicas, pero con Esmeralda (1971), junto a Lupita Ferrer, encontró a la que sería su nueva compañera ideal. Con ella compartiría éxitos tales como Me llamo Julián, te quiero (1972); María Teresa (1972), Mi hermana gemela (1975), Mariana de la noche (1975), La Zulianita (1977) y Ligia Sandoval (1981). Además, formaría pareja con Rebeca González en dos clásicos del género en los 70: Peregrina (1973) y Una muchacha llamada Milagros (1974). Todas estas historias fueron escritas por Delia Fiallo. En su vida personal, se caracterizó por estar alejado de escándalos y líos de faldas. Se casó con la también actriz Amelia Román y con ella procreó su único hijo, José Alberto.

Bardina y Marina no se volvieron a reunir profesionalmente hasta Silvia Rivas, divorciada (1977), de Cabrujas, que marcó el regreso a RCTV del apreciado actor. Los bajos niveles de audiencia de esta producción serían recompensados ante el impacto que representó La Fiera (1978), con Doris Wells y Carlos Márquez.

El reencuentro entre Marina Baura y José Bardina al final
no resultó tan exitoso como en sus inicios.
Lucecita, por sí misma, también tuvo su propio recorrido triunfal: en 1968 la TV Argentina produjo una versión llamada Estrellita: Esa Pobre Campesina. En 1973 Venevision volvió a grabarla para poder exportarla, ya que la producción de 1967 no estaba apta técnicamente para salir al exterior. Esta fue protagonizada con éxito por Ada Riera y Humberto García, quienes tal como ocurrió con Marina y Bardina, conformaron una nueva pareja romántica y más adelante interpretaron La mujer Prohibida. A Ada le tocó revivir otro éxito de esa pareja, como lo fue La Señorita Elena, acompañada por José Luis Rodríguez.

En los setentas se hizo una radionovela en España, una versión en fotonovela y más adelante Lucecita también fue llevada al cine. En 1983 Venevisión produjo una versión bajo el titulo de Virginia, la cual no tenía el consentimiento de la autora y por la que demandó a la empresa. En 1987 fue llevada a la televisión argentina y se convirtió en otro éxito. De esta manera, Estrellita Mía tuvo a Andrea del Boca y a Ricardo Darín en los roles principales. Esta versión fue premiada en Miami y la adaptación la hizo la propia Delia Fiallo.

A principio de los noventas se produjo un nuevo remake en Colombia bajo el título de Lucerito y en 1998 se hizo la más reciente versión, esta vez en Perú, titulada Luz María, con Angie Cepeda, Christian Meier, Mariela Alcalá y Rosalinda Serfatty. Esta ha sido considerada de las más exitosas de este argumento.

José Bardina y Amelia Román, una pareja
ejemplar. Fuente: Las telenovelas d
José Bardina se retiró a finales de los 80 de las telenovelas, para dedicarse a sus negocios y atender la deteriorada salud de su esposa, Amelia Román. Al fallecer ella, regresó a la televisión en papeles de carácter, en telenovelas como Lejana como el viento (2002), Amor descarado (2003), Inocente de ti (2004), La Ley del Silencio (2005) y su último papel en Amor comprado (2007), la mayoría de ellas grabadas para Telemundo. Sus problemas de salud le obligaron a retirarse definitivamente de las cámaras y falleció el 18 de diciembre de 2009, rodeado del cariño de sus familiares y amigos más cercanos.

Marina renunció a RCTV en 1983. Su último trabajo en esa planta fue el de La hora menguada, dentro del ciclo dedicado a Rómulo Gallegos, en el cual compartía créditos protagónicos con su “rival” profesional, Doris Wells. Se adentraba en los cuarenta, edad crítica para una actriz de su jerarquía, cuyo reinado venía siendo amenazado por ascendentes estrellitas provenientes —la mayoría de ellas— de los concursos de belleza. Doris se había retirado y poco después falleció a muy temprana edad; Mayra Alejandra y Pierina España, las otras diosas del canal, aparecían cada vez menos en las pantallas. Nuevos tiempos se acercaban a la televisión venezolana.

Casada en segundas nupcias con Hernán Pérez Belisario, la actriz tuvo su tercera hija Mónica; participó en varios proyectos de la televisora independiente fundada por su marido, Marte TV, entre ellos la exitosa Emperatriz (1990), que la emparejó con su galán de otrora, Raúl Amundaray. Se divorció y se alejó nuevamente de la pantalla chica.


Escena de Emperatriz. Fuente: canal YouTube de Dimitrije Lukic

Eventualmente realizó radioteatros, hasta que en 2003 hizo el papel de Tentación Luján en Cosita  Rica (Venevisión). En 2006 participó en el unitario Soltera y sin compromiso (RCTV) y en 2008 volvió a las tablas para interpretar el monólogo de Gabriel García Márquez Diatriba de amor contra un hombre sentado, dirigida por Carlos Omobono.
Desde entonces se habló de una vuelta a los escenarios, de una posible representación teatral junto a Pierina España, de una obra producida por Nohely Arteaga, pero nada de eso se concretó.

En el siguiente resumen de la entrevista realizada por Leonardo Padrón para su serie Los Imposibles, Marina cuenta algunos aspectos de interés sobre su vida personal y artística:

Fuente: canal YouTube de Onda La Superestación.

Actualmente vive en su residencia en Caracas, llamada no casualmente Lucecita, rodeada de un bello jardín y de recuerdos familiares. Evita dar declaraciones a la prensa —«Ya no trabajo en la televisión, no tengo nada que decir», afirmó—y, eso sí, regularmente viaja a Estados Unidos de Norteamérica a visitar a su hija y a sus nietos. Es una vida apacible, totalmente alejada de las cámaras de TV, donde hace 50 años debutara como una “Lucecita".

4 comentarios:

  1. Wowowow.. Yo acabo de cumplir 50 años, no había nacido cuando esta grandiosa actriz a quien recuerdo por su doble papel en la espectacular La Usurpadora y luego en La Indomable. Dios la bendiga y le de muchos años de vida en salud!

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  2. Gracias Jose soy Manny del foro Recordar es vivir, te felicito por tu blog en primer lugar y por esta nota sobre Lucecita y Marina Baura.Quiero preguntarte de que a~no es la entrevistas de Marina en Los Imposibles, gracias

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    1. Hola, Manny. Muy honrado por tus comentarios. La entrevista de Leonardo Padrón fue transmitida en octubre de 2013. La recopilación de esta entrevist está publicada en el volumen 6 del libro Los Imposibles, editado por Planeta en 2014. Allí están además entrevistas a Emilio Lovera, Ismael Cala, Valentina Quintero, Eduardo Marturet, Luis Chataing, Henrique Capriles, Yordano, Federico Vegas, Rafael Cadenas, Román Chalbaud, Oswaldo Vigas, Guillermo González, Miguel Ángel Landa, Tania Sanabia, Eliseo Diego, Rosana, Natalia Lafourcade y Juan Vicente Torrealba.

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  3. La Indomable, Valentina ( le ganó a 4 novelas de Delia Fiallo ), Doña Bárbara, etc, fueron también memorables éxitos de Marina.

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