lunes, 7 de julio de 2014

¡Oligarcas, temblad!

Pierina España y José Luis Rodríguez, marcados por
Sangre Azul. Fuente: revista Venezuela Farándula.
Meses después de la muerte de su esposo, el banquero Alfredo Gómez- Ruiz, Pierina España hizo un sorpresivo hallazgo: en el clóset de su vivienda estaban guardadas cintas de video con dos de sus novelas más conocidas. Estefanía era una de ellas; la otra, Sangre Azul, la cual el pasado mes de abril cumplió 35 años de su estreno en la pequeña pantalla venezolana.

“Lo cuento y me da mucho sentimiento”, refirió la actriz al periodista Néstor Llabanero para la revista Estampas (1). “A los meses de haberse ido, yo abrí el clóset y vi una cantidad enorme de casettes, donde estaban mis dos telenovelas. Él nunca me dijo que lo había hecho. Los vine a poner hace poco y vi parte de mi trabajo…Me vi y sentí que era otra persona la que estaba allí, y hasta creo que es como si yo hubiese tenido dos vidas". Precisamente, en una de esas vidas, Pierina interpretó a nuestra particular Scarlet O’hara: Mariana Granados.

Julio César Mármol.
Fuente: El Nacional.
En 1979, el escritor Julio César Mármol se planteó recrear una trama romántica con la Guerra de Federación venezolana como marco histórico. En este periodo del siglo XIX, iniciado el 20 de febrero de 1859 y culminado el 24 de abril de 1863, ocurrió el enfrentamiento militar entre tendencias conservadoras y liberales. Para quienes desconocen acerca de estos hechos, es oportuno señalar que luego de la independencia de España y de la Gran Colombia, se instaló en nuestro país una oligarquía agraria que mantuvo el orden establecido durante el periodo colonial, con la explotación de la tierra mediante el sistema latifundista.

La nueva oligarquía estaba constituida por miembros de la antigua aristocracia criolla unidos a una nueva clase social surgida durante la gesta independista. Paralela a esta nueva oligarquía se encontraba una burguesía comercial, que anhelaba ocupar nuevas posiciones de poder y que conformaba el partido conservador.

En el ámbito social, las tierras y la ganadería estaban en manos de unas pocas familias, entre las cuales se incluían las de caudillos militares de la época independentista, mientras que muchos esclavos libertos, al no encontrar trabajo, habían tenido que regresar como sirvientes a las casas de sus antiguos amos o se encontraban en una dramática situación de miseria. La situación económica del país en 1858 se había depauperado y el partido liberal predicaba la igualdad social y la aniquilación de la injusticia predominante.

Fuente: revista Variedades, año 1979.
Con este referente en mente, Mármol creó Sangre Azul. Para su autor, esta obra era “una historia de amor que trata simplemente de mostrar la desaparición de la oligarquía como clase social que se mantuvo aun después de la Guerra de Independencia. Aunque creo que la Federación fue una gesta perdida, porque posteriormente los liberales se aliaron a los antiguos oligarcas para constituir una clase social dominante. La Guerra de la Federación es un tema apasionante, vigente.  De allí partió el surgimiento de la Venezuela moderna, que solo se detuvo durante los 30 años de la dictadura de Juan Vicente Gómez”.

María Teresa, José Antonio y Mariana. Fuente: diario El Nacional.
La trama ideada por Mármol narraba varios episodios imaginarios ambientados en esa época. Estaba basada ligeramente en la novela Lo que el viento se llevó, de la escritora norteamericana Margaret Mitchell, pero trasladada a la Guerra Federal de Venezuela. Para ubicar a los personajes en un contexto histórico creíble, el escritor confesó que había leído varios libros sobre esos hechos, entre ellos la obra de Level de Goda, edecán de Juan Crisóstomo Falcón y quien conoció personalmente a Ezequiel Zamora. También se consideraron datos provenientes de los libros de José León Tapia Por aquí pasó Zamora y Tierra de marqueses, al igual que unos volúmenes editados por la Oficina Central de Información (OCI) sobre la Guerra de Federación y otras publicaciones testimoniales.

Pierina sumó talento a su belleza. Fuente:
diario El Nacional.
Julio César Mármol nunca ocultó su interés por recrear hechos históricos. “Muchas de mis novelas han surgido del pasado, por ejemplo, en El desprecio, yo me inspiré en Claudio, el emperador romano…Yo siempre he dicho que soy como un historiador frustrado y que desde niño fue mi gran pasión”, señaló al diario Panorama en una entrevista realizada en 2006 (2). A su juicio, a través de estas novelas el público descubría aspectos del pasado, “desde las modas hasta la forma de comportarse o hablar. Los jóvenes pueden descubrir datos históricos y reciben un aporte cultural importante” (3).

Con esta motivación en mente, es fácil entender el entusiasmo con que emprendió Mármol este proyecto, el cual contó con la aprobación de Radio Caracas Televisión. No era la primera vez que acontecimientos de nuestro pasado eran recreados en la televisión venezolana, pues series como Boves, el Urogallo (1974) habían demostrado su éxito contundente ante una audiencia ávida de nuevos planteamientos dramáticos.

José Luis Rodríguez, Carmen Julia Álvarez y Erick
Noriega, durante un ensayo con el director César
Bolívar. Fuente: Noticiero digital.
Luego de varios meses de trabajar en los libretos junto a un equipo de profesionales, se iniciaron las grabaciones de la telenovela, la cual requirió de una muy cuidada producción a cargo de Juan Lamata. Las escenas se grabaron tanto en exteriores como en estudio. La escenografía correspondió a Manuel Mérida, uno de los mejores profesionales del área de nuestra televisión, quien trató de recrear con gran fidelidad la arquitectura de la época. De igual manera el vestuario trató de reflejar un máximo de fidelidad a la moda de ese momento. La dirección estuvo a cargo de César Bolívar, joven cineasta cuya formación rindió buenos frutos en esta producción televisiva.

Pierina en una escena junto a Linda Olivier.
Fuente: revista Encuadre No. 70
El elenco tuvo como figuras principales a Pierina España, José Luis Rodríguez, Jean Carlos Simancas y Carmen Julia Álvarez, acompañados por destacados actores y actrices como María Teresa Acosta, Agustina Martín, Hugo Pimentel, Tomás Henríquez, Linda Olivier, Eduardo Cortina, Arturo Calderón, Zulay García, Yajaira Orta, Javier Vidal, Erick Noriega, Grecia Colmenares y Julio Bernal, entre otros.

Pierina ya había tenido responsabilidad estelar en telenovelas en CVTV, la predecesora de la actual Venezolana de Televisión, tales como Claudia, al lado del primer actor Luis Salazar; así como en Indio, donde hacía pareja con José Luis Rodríguez. Antes de Sangre Azul, la carrera de la actriz en RCTV había ido paulatinamente en ascenso y su rol como la madrastra de El Puma en La hija de Juana Crespo, había recibido muy buenas críticas, al igual que su participación en Piel de Zapa. En el canal de Bárcenas ya había protagonizado Sonia, en 1978, junto a Jean Carlos Simancas, así que cuando se presentó la oportunidad de Sangre Azul, Pierina estaba más que lista para asumir la notoria figuración que vendría después, no solo con esta serie sino con su éxito posterior, Estefanía.

La dulzura de Carmen Julia Álvarez en el
personaje de María Teresa. Fuente: revista
Venezuela Farándula, año 1979.
Por su parte, José Luis venía consolidando de manera exitosa tanto su carrera interpretativa como musical, en la cual ya preparaba un prometedor lanzamiento internacional. La química entre ambos era notoria, por lo cual la imagen dulce de Carmen Julia y la gallardía de Simancas completaba perfectamente el cuadro protagónico.

El argumento de Sangre Azul puede resumirse de la siguiente manera: Mariana (Pierina España) es la hija mayor del Marqués de Granados (Hugo Pimentel) y su esposa Adelaida (Agustina Martín). Junto a sus hermanas Leonor (Zulay García) y María de los Ángeles (Grecia Colmenares) vive una vida despreocupada, en la cual solo busca divertirse y coquetear con sus posibles pretendientes, sin percatarse de los agitados hechos que se desarrollan a su alrededor. Esta actitud frívola y su interés en captar la admiración de quienes la rodean no era bien vista por la sociedad de la época, atenta a los acontecimientos que anuncian el posible inicio de una guerra civil liderada por sectores liberales que desean acabar con la oligarquía imperante y sus privilegios.

Carmen Julia y Jean Carlos Simancas.
Fuente: diario El Nacional.
Entre los muchos pretendientes de Mariana se encuentra Álvaro (Jean Carlos
Simancas), con quien le gustaría casarse, para desgracia de su hermana María de Los Ángeles, quien está enamorada de él. También está José Antonio (José Luis Rodríguez), un joven militar quien a los desplantes y a la altivez de Mariana respondía con iguales desprecios y salidas airadas. Es precisamente esta actitud de aparente rechazo lo que hace que ella se enamore de él, aunque al principio no lo acepte, por su capricho con Álvaro. A pesar del interés mutuo, José Antonio se casa con María Teresa (Carmen Julia Álvarez), una joven sencilla y frágil, profundamente enamorada de él. Al iniciarse la rebelión civil, Mariana debe enfrentar la tragedia de la muerte de su madre y la ruina de la hacienda de su padre, lo cual la hace asumir las riendas de su familia con responsabilidad y fuerte carácter, en medio del caos imperante. A pesar de los obstáculos, el destino permite a la pareja unir sus vidas en un previsible final feliz.
José Antonio y el padre Cándido.
Fuente: Foro Recordar es vivir.
Tomás Henriquez interpretó al padre Cándido; María Teresa Acosta, a la esclava liberta Juana Bautista; Arturo Calderón encarnó al malvado Cuaima y Eduardo Cortina a un villano miembro de la nueva clase social emergente, ávido de poder económico, quien se empeña infructuosamente en que su hijo, Javier Vidal, se conecte con la oligarquía. Yajaira Orta fue la hermana de José Antonio y Linda Olivier, su madre. Pedro Durán se hizo cargo nuevamente de un rol como esclavo liberto llamado Sebastián y el estupendo actor Julio Bernal fue Juan Pablo, mestizo criado en la hacienda. Especialmente conmovedora se convirtió su escena en la muerte de Agustina Martín, quien era su madrina. Intervinieron además más de un centenar de extras.

Zulay García y María Teresa Acosta. Fuente: diario
El Nacional.
María Teresa Acosta, en una entrevista publicada en el diario El Nacional (4) no ocultó su entusiasmo por este nuevo trabajo televisivo: “Estoy fascinada con mi papel porque es muy humano, ella defiende su raza, es explosiva y una ferviente devota de San Sebastián. También cree en las yerbas, sin que por eso sea bruja”.

Por su parte, en entrevista realizada el año 2010 (5), Pierina calificaba a Sangre Azul como la telenovela que le había dejado mejor recuerdo de toda su trayectoria: “Me gustó hacer Mariana. Fue un trabajo al que se le puso cariño, para el cual Radio Caracas hizo una gran inversión, compró un anticuario completo para la realización. Los escenarios eran espectaculares, hasta las casas en estudio tenían techo, lo cual resultó una novedad".

A continuación una pequeña escena del capítulo final de la telenovela:



La novela se estrenó el 24 de abril de 1979 y fue considerada la producción más costosa realizada en esos años en la televisión venezolana. El periodista Aquilino José Mata la alababa (6) como un ejemplo a seguir: “Su elaboración en general es impecable. Por otra parte, es un precedente interesante en este tipo de espacios. Ha introducido la modalidad de presentar situaciones basadas en la verdad histórica, respetándola en todas sus formas. De los programas del género que actualmente transmiten los distintos canales es el más televisivo”.

Fuente: diario El Nacional.
Al referirse a la dirección técnica en estudio y exteriores de Bolívar, comentaba: “La fotografía de “Sangre Azul” es cinematográfica, impactante, dinámica, hermosa. Allí se muestra la influencia del cine en su realizador, uno de los más audaces e imaginativos. La escenografía, además de aparecer fielmente ajustada a la época, refleja sus diferentes ambientes, la clase social y la posición económica de sus moradores.”

Julio César Mármol, en entrevista concedida a Mata (7), enfatizaba al lenguaje utilizado en la novela: “Allí no hay nada altisonante. En las producciones históricas se ha tendido a poner a hablar a los personajes tal y como se escribía en su época. Eso no sucede solo ahora. Así ha sido siempre. En tal sentido me he preocupado en indagar cómo era el venezolano de la época, cuya expresión, como bien lo decía Francisco de Miranda, era “un bochinche”, producto de las influencias del español, el indio y el negro en el lenguaje”.

Se ha dicho que Sangre Azul no tuvo la aceptación esperada, lo cual no es cierto. Su competencia a la misma hora era Holocausto, un suceso de audiencia internacional, transmitida por Venevisión. Según revelaba Mármol, tres veces se enfrentó a esa miniserie y dos veces le había ganado en audiencia. La verdad es que la telenovela inicialmente estaba prevista para 200 capítulos y se transmitía en tres emisiones semanales a las ocho de la noche. Posteriormente, debido a los altos costos, se redujo a 46 episodios y fue presentada los miércoles a las ocho de la noche.

Pierina y Jean Carlos, triunfadores
en los premios ACE 1982.
Tres años después de su culminación, Sangre Azul fue transmitida en Estados Unidos por el canal en español WNJU 47 de Nueva Jersey, por lo que fue nominada para la 14º entrega anual de los Premios de la Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE), de Nueva York. El acto se llevó a cabo el 27 de marzo de 1982 en el Town Hall de Manhattan, donde la telenovela fue galardonada con premios a la mejor actriz (Pierina España), mejor coactuación masculina (Jean Carlo Simancas) y mejor programa escénico.

Lamentablemente, esta telenovela no ha sido reestrenada en la pequeña pantalla ni lanzada a la venta al público en formatos alternos como vídeos, lo cual limita a toda una nueva generación para validar sus méritos artísticos, así como para conocer parte de nuestra historia televisiva, tristemente echada al olvido.

Como bono para nuestros lectores, comparto estas sublimes imágenes de Pierina España, captadas por el lente del fotógrafo Fernando Carrizales y publicadas en la revista Venezuela Farándula en junio de 1979 como parte del plan promocional de la telenovela:



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(1) Señora Pierina, entrevista realizada por Néstor Llabanero y publicada en la revista Estampas, diario El Universal, 24 de enero de 2010.

(2) Cita con Julio César Mármol: “Sería un progreso volver al pasado con las telenovelas”. Entrevista realizada por Luis del Villar, diario Panorama, 22/03/2006, pág. 3-12

(3) Diario Panorama, 06/05/2001, página 3-12.

(4) El Nacional, 17/04/1979, página B-20.

(5) Revista Estampas, El Universal, 24 de enero de 2010.

(6) Diario El Nacional, 31/05/1979, página B-32.

(7) Ibidem.

domingo, 29 de junio de 2014

Maracaibo: de colección

Los coleccionistas encontraron un paraíso particular en Maracaibo
(Fotografía José Gregorio Marcano)
Lo primero es atravesar la gran puerta marrón que divide ambos mundos: uno exterior, caluroso y pleno de luz; el otro, al cual se accede a través de un pasillo, nos conduce al paraíso de las maravillas: la Séptima Convención de los Coleccionistas de Maracaibo.

Lo primordial, antes de ingresar, es planificar cuidadosamente cuánto estamos dispuestos a gastar. No hay que hacerlo dentro de la exposición, pues se corre el riesgo de comprar impulsivamente y derrochar nuestro capital. Coleccionar requiere invertir dinero y es mejor hacerlo de una manera racional. 


Memorabilia de una cerveza tradicional zuliana.
(Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los mesones, dispuestos en forma de herradura en el salón Kavac del hotel Kristoff, se muestran espléndidos en su oferta de los más disímiles objetos coleccionables. Este año, 28 expositores de diferentes lugares de Venezuela exhiben llamativas piezas, tales como monedas, billetes, botellas, estampillas, tarjetas telefónicas, barajitas de beisbol, juguetes, discos de vinil, revistas y antigüedades. 

Los compradores lo conforman principalmente adultos, si bien no faltan algunos niños y jóvenes apenas iniciados en el arte de coleccionar. La estrategia base consiste en realizar un recorrido para identificar posibles objetos de interés y luego concretar la compra. No obstante, al reconocer una pieza susceptible de ser adquirida, lo mejor es tratar de negociar un precio aceptable y no esperar, pues se corre el riesgo de que otro comprador más avezado la obtenga para sí.


Objetos para todos los gustos se ofrecieron a los coleccionistas
marabinos. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
La Convención de Coleccionistas de Maracaibo ha ido consolidándose y en cada ocasión sorprende con sus propuestas. La quinta edición, por ejemplo, estuvo dedicada temáticamente al Banco de Maracaibo en su 130 aniversario y homenajeó a José De Donato, quien fuera uno de los coleccionistas más reconocidos de la capital zuliana, creador de Numislago. El año pasado, en su sexta edición, tuvo como invitado especial al ex grande liga y jugador exaltado al Salón de la Fama Luis Aparicio, que además ofreció autógrafos. En esta oportunidad, el número de vendedores y el espacio de exposición creció significativamente, lo cual es un buen indicativo de la receptividad por parte del público.

Quienes desean adquirir objetos con ánimos de colección y no pudieron asistir a la Convención, cada tercer sábado de mes el Centro Comercial Costa Verde, ubicado en la avenida Bella Vista de Maracaibo, recibe a un pequeño grupo de vendedores que siempre (se los aseguro con total conocimiento) tienen algo que puede interesarles.

Para mayor información acerca de vendedores o del evento, pueden escribir al correo electrónico: convencionmcbo@gmail.com

Esa pasión por acumular objetos


Una vieja máquina de escribir portátil entre los
"tesoros" por descubrir. (Fotografía José G. Marcano)
Coleccionismo, según la Real Academia de la Lengua Española, es la afición a coleccionar objetos; es decir, agruparlos y organizarlos atendiendo a un interés particular. 

De esta actividad se tiene referencia desde 5.000 años antes de Cristo (A.C).  De hecho, muchos personajes famosos se destacaron también como apasionados coleccionistas. En el siglo VII A.C., el rey asirio Asurbanipal guardó copias de registros y documentos antiguos en su biblioteca real de Nínive. Tolomeo II, faraón que gobernó Egipto entre 285 y 246 A.C., fue un impulsor de las ciencias y las artes, pero además un buen acumulador de manuscritos, obras pictóricas y animales exóticos. El Duque de Florencia y Primer Gran Duque de Toscana, Cosme I de Médici, se dedicó durante el Renacimiento a reunir antigüedades y echó así los cimientos del célebre museo de Florencia. El escritor Montaigne coleccionaba la letra de sus amigos y de los personajes que admiraba, al igual que Goethe, la reina Victoria de Inglaterra, el escritor Stefan Zweig, el presidente nortamericano Franklin Roosevelt y hasta Bill Gates. Por su parte, Sigmund Freud poseía una importante colección de antigüedades de las culturas griega, romana y egipcia, mientras que Picasso y Matisse coleccionaban arte africano.


Los suplementos infantiles se han convertido en
objetos de culto. (Fotografía: José G. Marcano)
Algunos investigadores orientados hacia el campo del psicoanálisis han determinado diversas motivaciones para coleccionar, desde una vinculación con instintos sexuales de la etapa anal hasta la derivación del impulso de agresión.  Otros han relacionado el coleccionar a necesidades tempranas de apego sin cubrir, al interés por explorar y a la búsqueda de estabilidad personal. Se le ha explicado como una defensa frente a emociones negativas, como una función narcisista esencial para el mantenimiento de la autoestima e incluso se le ha conectado con el sentido de preservación, restauración, historia y continuidad. No faltan quienes lo han estudiado como inversión financiera y hasta como adicción. 

Según la revista Muy Interesante (01/06/2005), las personas que coleccionan cosas, desde metras hasta costosísimas obras de arte, se sienten impulsadas principalmente por un deseo de realización personal. Asegura esta publicación que el placer asociado a la posesión de un conjunto de cosas radica en la acumulación, por encima de la necesidad, y que cada objeto es significativo en la medida en que es rico en historia y en asociaciones imaginarias y reales. 


Una búsqueda acuciosa puedo conducir a notables descubrimientos
para un coleccionista bien formado. (Fotografía: José Marcano)
Independientemente del origen de la necesidad de acumular cosas, estimular el coleccionismo en edades tempranas se ha considerado beneficioso, tal como lo asegura la psicóloga Anna San(1), debido a que impulsa a los niños a desarrollar habilidades beneficiosas para su vida adulta. Entre esas habilidades se señalan el orden, necesario para controlar las piezas conseguidas y las que faltan; la responsabilidad, pues fomenta el cuidado de sus cosas y el control del dinero para poder pagar su colección; el respeto, ya que a partir de lo propio aprende a apreciar las pertenencias de los demás; la organización, la constancia y la memoria. 

Como coleccionista que he sido desde mi infancia, la considero una afición que brinda muchas satisfacciones, además de conocimiento. Quienes coleccionan, generalmente buscan información acerca de los objetos que atesoran y ello les brinda amplias oportunidades de crecimiento personal e intelectual. Además, el poder compartir con otras personas nuestra pasión es muy estimulante. Lo importante es no dejarse llevar por una acumulación sin control y, mucho menos, permitir que esto se convierta en una obsesión, pues puede afectar seriamente nuestras finanzas y equilibrio emocional.

(1) Portal FiranewsEl placer de coleccionar, noviembre de 2012.

Botellas, monedas y antigüedades se encuentran entre los objetos
coleccionables. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los juguetes tienen gran demanda entre los adultos nostálgicos.
(Fotografía: José Gregorio Marcano)
Los vendedores pueden convertirse en buenos asesores para los
potenciales compradores. (Fotografía: José Gregorio Marcano)
Ipostel se ha convertido en un invitado permanente en la Convención
de Coleccionistas de Maracaibo. (Fotografía: José Gregorio Marcano).

viernes, 16 de mayo de 2014

Manuel Poblete: el villano refinado

Manuel Poblete. Fuente: diario El Nacional, 16/06/1983
La mamá de la actriz Eva Blanco decía que Manuel Poblete era el hombre más educado del mundo. Esta apreciación tuvo su origen en un incidente ocurrido cuando ambos coincidieron en un “porpuesto”, nombre familiar con el que se designa a los vehículos de transporte público de pasajeros en Venezuela. Ella nunca le dijo al actor quién era su hija, pero fue testigo de su comportamiento inusual —incluso para aquella época— al momento de bajar del carro y cerrar la puerta. Apenas el chofer iniciaba la arrancada cuando Poblete alzó moderadamente la voz para decir: «Señor... deténgase por favor que se lleva usted mi dedo». Efectivamente, este se había quedado atrapado en la puerta.

El comentario sobre lo ocurrido llegó al estudio donde se grababa la telenovela en la cual estaba participando en ese momento y Orlando Urdaneta, quien además de ser su compadre, compartía con él en la producción dramática, le preguntó la veracidad de lo acontecido, pues conocía su carácter explosivo. La respuesta fue muy sencilla: «Pensé rápidamente que si gritaba la puteada que me hacía gritar, el chofer creería que me había dado mal el vuelto y arrancaría como un peo, con mi mano atrapada arrastrándome por toda la avenida Urdaneta».

En uno de sus roles característicos. 
Fuente: archivo RCTV.
Esta anécdota1 retrata magistralmente a quien fuera uno de los más reconocidos
profesionales de la actuación en nuestro país. Manuel Poblete nació en Chile en 1927 y llegó a Venezuela en 1958, al caer la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Aquí, su primer trabajo fue como maestro en el Ministerio de Educación, donde estuvo un corto tiempo hasta que lo abandonó para trabajar en el teatro, su verdadera vocación. Una vez establecido en el medio artístico local, incursionó en la radio, la televisión y el cine, donde desarrolló una brillante y fructífera carrera hasta su fallecimiento.

Con un físico muy particular, lejos de la apostura de los galanes de la época, sin embargo logró ubicarse en roles de importancia. Destacó por su versatilidad actoral, tanto en el drama como en la comedia, siempre sacando el máximo provecho a los roles que le encomendaban. Durante las décadas de los 60 y 70 se convirtió en un reconocido actor de carácter y en protagonista de importantes producciones teatrales y televisivas.

En las tablas mantuvo una cercana relación con autores de la talla de José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón y Román Chalbaud, la llamada “Santísima Trinidad” del teatro venezolano. Aun son recordados sus trabajos en las obras de Cabrujas El extraño viaje de Simón El Malo y Los insurgentes, esta última estrenada en la temporada 1962 en Caracas.

Poblete fue referencia para muchos principiantes en el mundo de la actuación, entre ellos la primera actriz Francis Rueda. En una entrevista con E.A. Moreno- Uribe2  recordó su primera experiencia con el teatro y cómo esta determinó su vocación:

«Me carteaba con el actor Manuel Poblete; él hacia teatro y televisión y luego se convirtió en mi padre adoptivo. A él agradezco el haberme llevado al teatro por primera vez, en el viejo Ateneo de Caracas, donde presentaban Los incendiarios, de Mark Frisch. Él actuaba y por cierto estaba en el reparto Gilberto Pinto, que pocos años después sería mi profesor de actuación en la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo, y quien, muchos años después, sería mi compañero de vida. Ese día fue grandioso para mí; le dije a Manuel que ese espectáculo me había deslumbrado y cómo ese contacto directo con el público era único. Poco tiempo después ya estaba sentada en los bancos de mi entrañable Escuela, dirigida en ese entonces por Porfirio Rodríguez, en los altos del Teatro Nacional. Se abrió para mí un mundo maravilloso del conocimiento».


Fuente: diario El Nacional, 
15/07/1970.
La orgía, del autor colombiano Enrique Buenaventura, bajo la dirección de un joven Carlos Giménez, fue uno de sus grandes triunfos personales en 1970. Sin embargo, el estreno debió ser retrasado debido a un percance que sufrió el actor, faltando dos minutos para finalizar un ensayo general ante la directiva del Ateneo de Caracas. Él mismo relató el accidente en una entrevista para el diario El Nacional3:

«Sucedió que yo estaba muy preocupado porque este ensayo general saliera muy bien. Actué lo mejor que pude, aunque no teníamos la ropa. Al final yo debía dar la vuelta, entrar por otro lado y cantar con los demás. Esta vuelta mía no estaba medida en tiempo y yo no quería que los actores que estaban en el escenario se atrasaran por culpa mía. Salí corriendo. Entré y cuando vi que la puerta de vidrio estaba cerrada, ya la había pasado, me chorreaba la sangre como si fuera un cartón de leche derramándose, y detrás de mí caía el pedazo de vidrio que había quedado un instante arriba. Si no fuera pasado tan rápido, ese vidrio me hubiera caído en la cabeza».

Producto de este suceso, el actor sufrió una gran cortadura en toda la piel de la nariz, que requirió varios puntos de sutura. El estreno de la obra fue suspendido por un mes, mientras se recuperaba su protagonista. Para el momento, también estaba grabando la telenovela La virgen ciega, por lo cual su reposo médico afectó además su desempeño en la televisión.

En un giro audaz de la conversación reseñada en el periódico, el periodista le preguntó por otro accidente ocurrido en meses pasados y del cual se rumoreaba que había sido un intento de suicidio. «No fue así», aclaró Poblete. «Nadie se suicida el día de su cumpleaños. Yo lo celebré con mis amigos y cuando ya fue avanzada la noche, no podía dormir. Me tomé unas pastillas y la combinación resultó intoxicante. Estuve mal, pero me superé. Y ahora mismo estaba tratando de hacer un buen papel,  de salir adelante.»
En Las Criadas, junto a Hugo Pimentel.
Y así mismo fue como siguió avanzando en su exitosa carrera. El estreno de la obra fue un éxito y ese mismo año de 1970 protagonizó Las Criadas, de Jean Genet, junto a Hugo Pimentel, con El Nuevo Grupo. Su actuación le hizo merecedor del Premio Juana Sujo, un galardón del cual siempre se enorgulleció.

María Teresa Haieck, Poblete, Esther Plaza y Rafael Briceño en  
Don Mendo 71. Fuente: vidaenelteatro.blogspot.com
En julio de 1971, el chileno se presentó en el Teatro de Bellas Artes, en Maracaibo, con la comedia Don Mendo 71, de Miguel Otero Silva, dirigida por Carlos Giménez y acompañado por Asdrúbal Plaza, Eva Blanco, Carmen Messuti y Esther Meléndez. En noviembre de 1973 regresaría a este mismo teatro con la obra para adultos Hablemos a calzón quitao, de Guillermo Gentile, con Lucio Bueno y Gastón Tussett, bajo la dirección de Gerald Huillier.

Otra triunfante intervención teatral en la década de los 70 fue Los chicos de la banda, estrenada en Caracas en el Teatro Las Palmas, con la producción de Conchita Obach, la dirección del español Jaime Azpilicueta, Ibrahim Guerra en la escenografía y un elenco que incluía a Javier Vidal, Luis Abreu, Rodolfo Drago, Luis Rengifo, Ernesto Aura, Aníbal Grunn y a Yanis Chimaras, quien debutó en el teatro como "el regalo vivo".

En el cine participó en Cuentos para mayores (1963), de Román Chalbaud, película dividida en tres capítulos, en la cual protagonizó el segmento La historia del hombre bravo. También tuvo papeles secundarios en La imagen (Carbonell, 1973), en la que compartía créditos con Napoleón Bravo, María Lourdes Devonish, Fernando Gómez y Trino Mora; Canción mansa para un pueblo bravo (Carrer, 1976), con Orlando Urdaneta; Compañero Augusto (Cordido, 1976) y 300.000 héroes o el porvenir de un guardia (Carbonell, 1976).

Una pausa en la grabación de Historia de tres hermanas (1964).
Fuente: página de Facebook Recordar es vivir.
Paralelamente Manuel Poblete desarrollaba una activa carrera en la televisión, desde Historia de tres hermanas, la primera telenovela de una hora, transmitida semanalmente a las 8:00 de la noche por RCTV en 1964, en la que hacía pareja con Eva Blanco. Destacó además en roles de personajes secundarios, especialmente los villanos, a los cuales siempre imprimió peculiares características, una de ellas los matices que aportaba a su voz, los cuales daban una refinada maldad a sus parlamentos. Según el periodista Raúl Vallejo, «...tenía la particularidad de ser un contrapeso excelente. Marcaba las actuaciones que determinarían buena parte del suspenso en la trama: villano o severo e inflexible señor de respetable posición...»

En RCTV logró destacadas intervenciones en Corazón de Madre (1969), Bárbara y La Usurpadora (todas en 1971), Sacrificio de Mujer y La Doña (ambas en 1972). Posteriormente se mudaría a Venevisión, donde participó en las novelas La Zulianita (1977), junto a Lupita Ferrer y José Bardina, en uno de sus acostumbrados roles de villano; Laura y Virginia (1977), con Mary Soliani, Alejandra Pinedo y Eduardo Serrano; y en Rosángela (1979), junto a Irán Eory y Bardina.

Poblete y Dante Carle en Teatro de los Sábados,
en RCTV. Fuente: Diario El Nacional.
En 1980, el diario Panorama4 reseñó el viaje del actor a Estados Unidos de Norteamérica para someterse a un tratamiento que lo aliviara del peligro que representaba una vieja afección cardiaca. Para la fecha trabajaba en el rol de abogado en la telenovela Emilia y en la obra teatral El hombre que hacía click. Debido a sus constantes dolencias tuvo que abandonar ambas producciones y se vio obligado a internarse en un hospital norteamericano por un tiempo prolongado. No obstante, pudo recuperarse y retornar a su oficio.

Al año siguiente, caracterizó a Don Teófilo, el dueño de la hacienda donde se desarrollaba parte de la trama de Catatumbo, serie dramática protagonizada por Elluz Peraza y Luis Abreu para Venezolana de Televisión. Posteriormente regresaría a Venevisión para una actuación en la telenovela La Bruja (1982), junto a Flor Núñez, el brasileño Rubens de Falco y el boricua Daniel Lugo.

El lunes 13 de junio de 1983 Manuel Poblete no se presentó a las grabaciones pautadas para la telenovela Nacho, continuación de la muy exitosa Ligia Elena y en la que tenía el papel de Arraigada, un reportero poco escrupuloso. Su ausencia causó bastante extrañeza debido a su conocida puntualidad. Según informara El Nacional5, la última vez que se le vio fue el viernes 10 de junio, para recoger el libreto de la novela que estaba grabando: «Pasado el fin de semana, comenzaron los preparativos para el nuevo capítulo; sin embargo, Poblete no aparecía, lo cual preocupó al resto del personal porque se sabía de su disciplina profesional».

En virtud de que no respondía a las llamadas telefónicas, enviaron un mensajero hasta su casa, «pues se temía que pudiera estar enfermo. Tampoco se contactó al artista, por lo que le dejaron un mensaje debajo de la puerta».

Ya el martes su ausencia era notoria, pues ni había aparecido ni llamado telefónicamente. El director Carlos Omobono y la actriz Martha Carbillo se trasladaron entonces a su residencia. Omobono, quien era muy amigo del actor, contaba con una copia de la llave del apartamento, pues este le había dado un duplicado debido a que frecuentemente perdía los llaveros.

Al entrar lo encontraron muerto. Aparentemente había fallecido mientras se disponía a darse una ducha, víctima de un infarto. Fuentes extraoficiales dieron como fecha del deceso el martes en la mañana. Tenía 56 años.

Para el momento de su fallecimiento, Poblete había grabado varios capítulos que sumaban 22 días de trabajo, por lo cual todo este material debió ser regrabado, ya que su personaje tenía un gran peso en la trama.

Marisela Berti y Poblete, padrinos en el bautizo
de la primera hija de Orlando Urdaneta. Cortesía
de Marisela Berti.
Hombre generalmente discreto en su vida privada, Poblete siempre tuvo sus reservas con respecto a la actuación de cierta prensa. «Yo le tengo pavor a algunos periodistas. Me abordan como amigos y después escriben horrores y me critican hasta el café que pueda ofrecerles», dijo. Paradójicamente, no fue del sector periodístico desde donde se colaron al público algunas confidencias que hiciera en su entorno más cercano.

Años después de su muerte, Franklin Virgüez tomaría algunas experiencias personales de Manuel Poblete para ser incorporadas en el monólogo teatral Mister Juramento / Homenaje a Julio Jaramillo. Según Virgüez, protagonista de la obra bajo el personaje del travesti Susanita Pons, había tratado de que José Ignacio Cabrujas le escribiera un unipersonal a partir de una serie de sucesos que conocía, pero fue finalmente Néstor Caballero quien lo hizo.

«Virgüez no escribió ese monólogo porque le dio miedo y no tenía la experiencia literaria. Se lo contó todo a Caballero, en especial su experiencia con el actor Manuel Poblete…el espectáculo no es la historia de ese comediante (sic), pero sí le impactó o inspiró la soledad en que vivía, porque era homosexual y tenía sus normas de vida, sus sufrimientos y otras confidencias que él me hizo…»6

En todo caso, la amplia trayectoria en el mundo del espectáculo que dejó tras de sí Manuel Poblete debería trascender cualquier episodio de su vida privada. Merece ser recordado principalmente como un profesional reconocido por su excelencia actoral y su profesionalismo permanente. Algo a lo que muchos aspiran, pero muy pocos pueden alcanzar.

Referencias citadas:

1 Anécdota referida por Orlando Urdaneta a la actriz Marisela Berti y compartida por ella con el autor de esta nota.

2 Francis Rueda en extraño juego de damas. Fuente; elespectadorvenezolano.blogspot.com, publicado el 13/01/2009.

3 “Sufrió accidente Manuel Poblete y hubo que aplazar el estreno de La Orgía”. Diario El Nacional, 15/07/1970.

4 Diario Panorama, 03/07/1980, página 52.

5 Vallejo, R. (1983). Manuel Poblete: una vida consagrada al arte escénico. Diario El Nacional, 16/06/1983, sección B página 20.

6 Moreno-Uribe, E. (2006). Susanita Pons aun no se rinde. Blog El espectador venezolano, publicado el 23/11/2006, disponible en: http://elespectadorvenezolano.blogspot.com/2006/11/susanita-pons-no-se-rinde.html

jueves, 17 de abril de 2014

Adiós a Mayra Alejandra

Fuente: revista Auténtico. Años 80.
Se fue Mayra Alejandra Rodríguez Lezama. O simplemente Mayra Alejandra, así, como la conocimos todos a través de la pequeña pantalla de nuestros televisores en blanco y negro, a mediados de los años 70. Una hermosa criatura de refinado cuello, expresivos ojos café y larga cabellera oscura. La de la sonrisa luminosa, la hija de Juana Crespo, que más tarde se convirtió en un ángel rebelde, amó a un sacerdote, fue una provinciana Rosa Campos y luego, en su rol más internacional, triunfó como Leonela.

Pero ella siempre fue mucho más que eso: en el cine se enseñoreó con su seductora Carmen, esa que contaba 16 años. Y también Manon, una tentadora víctima de la pasión.

Ahora toca decirle adiós. O, mejor aun, hasta siempre.

Fuente: revista Venezuela Farándula. Años 70
Fuente: revista Ronda. Años 80 
Fuente: revista Venezuela Farándula. Años 80.

miércoles, 16 de abril de 2014

40 años de Boves, el Urogallo

Gustavo Rodríguez como José Tomás Boves.
Fuente: Noticiero Digital
En 1972 fue publicada la primera edición de Boves, el Urogallo, obra que se convertiría en uno de los hitos de la  literatura venezolana. Con su primera novela, el psiquiatra y escritor Francisco Herrera Luque (1927-1991) iniciaba lo que se denominó la “historia fabulada” —una combinación de hechos reales con la recreación de otros de ficción—. Críticos y lectores fueron unánimes en su entusiasta respaldo a este libro, el cual desde su aparición se convirtió en uno de los más leídos en nuestro país.

José Tomás Boves fue el personaje que inspiró esta extraordinaria novela. Se le conoció como Taita Boves, el León de los Llanos, la Bestia a caballo o El Urogallo, apodo que toma Herrera Luque para narrar  la vida de uno de los más sangrientos caudillos españoles que combatió al ejército venezolano durante la gesta independentista.

José Tomás Boves. Fuente: Internet
La historia de este asturiano incluye sus inicios como modesto pulpero, rechazado por la aristocracia local, así como su intento por apoyar la guerra de independencia en 1810, lo cual fue objetado por los criollos de Caracas debido a su condición social como “blanco de orilla”. Acusado de traidor y sentenciado a muerte, su pulpería fue saqueada y quemada, mientras que su esposa María Trinidad Bolívar resultó asesinada frente a su hijo. Sin embargo, los realistas lo liberaron en Calabozo; a partir de allí Boves se incorporó a sus filas e inició su ascenso militar en el ejército español, donde se destacó por su valentía, pero también por su crueldad. Usó a su favor los resentimientos sociales de las clases más bajas en contra de los abusos y la explotación implantada por los llamados mantuanos, desencadenó una feroz ofensiva contra los ejércitos independentistas y gracias a su liderazgo contribuyó decisivamente a la pérdida de la llamada Segunda República. El 5 de diciembre de 1814 murió a los 32 años de edad en la batalla de Urica.

Interesante el personaje y siendo un éxito la versión literaria basada en su historia, en 1974 Radio Caracas Televisión (RCTV) anunció que grabaría la telenovela Boves, el Urogallo, inspirada en la obra de Herrera Luque. El diario Panorama publicaba en noviembre de ese año un artículo en el cual auguraba el fracaso de esta producción dramática, al considerar que la complejidad de la trama y los hechos históricos vinculados a ella eran muy difíciles de llevar fielmente a la pequeña pantalla. Tales “fatales vaticinios” no afectaron la decisión de RCTV.

La versión para la pantalla chica fue escrita por José Ignacio Cabrujas y  la dirección fue asignada a Román Chalbaud. Sorpresivamente, el rol protagónico se le encomendó a un nuevo talento, quien venía de recibir excelentes críticas por su labor teatral: Gustavo Rodríguez.

Gustavo Rodríguez. Fuente: Diario 
Últimas Noticias
El actor guayanés, nacido en Ciudad Bolívar el 19 de febrero de 1947, desde muy temprana edad participaba en todos los actos de su escuela «y me ganaba todos los premios», según el mismo lo expresó en una entrevista. Su formación actoral venía del Teatro Universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se formó con grandes maestros como Nicolás Curiel y José Ignacio Cabrujas, entre otros. Luego, a través del Instituto Nacional de Teatro, estudió en Europa, para profundizar sus conocimientos en el arte dramático.

Román Chalbaud lo conocía por su trabajo en el ámbito universitario y luego lo reencontró en la audición para la telenovela: «A ese casting fueron muchísimas personas, como 47. Vi en él a un gran profesional, muy serio, lleno de entusiasmo y pasión por el arte. Él era el actor con el que cualquier director quiere trabajar porque no era conflictivo... Al ir grabando uno descubría a un actor vigoroso, inteligente...».1

El caudillo a caballo. Fotografía: Ricardo
Armas / Orinoquiaphoto
Al preguntarle cuán importante había sido ese papel para su desarrollo profesional, Gustavo Rodríguez respondió:

- Mucho, no sólo para mí, sino para la propuesta de la televisión nacional, porque ese proyecto planteó una estética distinta. Radio Caracas Televisión se propuso hacer con José Ignacio Cabrujas y otras personas una visión diferente, más próxima, más cercana, más entrañable con el perfil social de nuestro país y del venezolano. Fue la primera novela que protagonicé y fue la prueba de que la historia puede estar al alcance del público.2

Ante la importancia del reto que se avecinaba, el reparto fue cuidadosamente escogido y a un selecto grupo de grandes actores venezolanos, como Amalia Pérez Díaz, Carlos Márquez, Luis Calderón, María Teresa Acosta, Virgilio Galindo, Rafael Briceño, Arturo Calderón, Enrique Benshimol y Eduardo Cortina, se le unieron nombres de nuevos valores como Chony Fuentes, María Eugenia Domínguez, Marisela Berti, Francis Rueda, William Moreno, Renato Gutiérrez y Pedro Durán, entre otros, que fueron incorporándose paulatinamente mientras avanzaban los preparativos de la producción. Algunas escenas fueron grabadas en las cercanías de la Colonia Tovar.

Marisela Berti y Gustavo Rodríguez en una escena
de la telenovela. Cortesía Marisela Berti.
Marisela Berti, para la época una novel actriz que formaba parte de la comedia Él y Ella, interpretó a uno de los amores de Boves, María Trinidad Bolívar. Su personaje también sufrió en carne propia la violencia que despertaba el español, pues fue violada y asesinada terriblemente. La actriz recuerda que murió empalada: «así se llamaba esa costumbre tan salvaje. La verdad, se narró su desenlace, no se vio en pantalla, pues tú comprenderás que en esa época la televisión estaba llena de censura».


María Eugenia Domínguez interpretóa la sensual
Eugenia Blanco.
Eugenia Blanco, criatura sensual y sexual, calificada por Lovera-DeSola como «una de las grandes creaciones literarias de Herrera Luque, persona producto de su febril imaginación y de la honda comprensión del ser humano que nos ofrece este novelista»3 sería encarnada por la atractiva actriz María Eugenia Domínguez. En el libro era calificada como “rabo caliente” por Juana La Poncha, una de las esclavas de la casa, interpretada magistralmente en la telenovela por la veterana actriz María Teresa Acosta.

El tercer gran personaje femenino lo constituía Inés Corrales —según Lovera-De Sola, una mujer intrépida e intempestiva y ante quien, al momento de la verdad, el Boves enamorado se delata impotente—. El rol le sería encomendado a Choni Fuentes. Ella había dado sus primeros pasos en el mundo artístico a través del modelaje y su primera oportunidad como actriz la tendría haciendo sketchs con Germán Freites en el espacio Martes Monumental. Miguelángel Landa la incorporó al elenco de El y Ella, donde estuvo por cuatro años, actividad que combinaba con pequeños papeles en novelas, hasta que surgió la oportunidad de interpretar a Inés. En entrevista a Ever Garcés, la actriz señalaba: «Recuerdo que ese papel se lo peleaban las grandes actrices, pero me lo dieron a mí. Fue muy significativo, un personaje espectacular…». 


Chony Fuentes.
La manera cómo llegó a este personaje la revelaría de forma más detallada a la revista española Tele-indiscreta en la década de los 80. Chony dijo que se le ofreció mientras hacía uno de los capítulos de Él y Ella: «Un día, en el rodaje  se me acercó un hombre de rostro familiar y tras permanecer unos segundos observándome en silencio, me dijo: “Tú eres mi Inés Corrales”. Al ver, claro, que yo no entendía nada,  se presentó. Era nada más y nada menos que Román Chalbaud, un destacado dramaturgo y cineasta venezolano, que estaba produciendo una serie televisiva  de nombre “Boyes (sic), el Urogallo”, para la que estaba buscando desesperadamente la actriz que pudiera dar la talla de la esposa de Boyes (sic), Inés Corrales. Y al parecer estas características especiales las vio en mí. Este papel me abrió definitivamente las puertas de la actuación.»


Pedro Durán.
Fuente: Blog del actor
Curiosamente, esta telenovela se convirtió en la oportunidad esperada para muchos actores. Uno de ellos fue Pedro Durán, actualmente uno de nuestros más sólidos intérpretes en papeles de carácter y quien entonces apenas se iniciaba en el trabajo actoral. Cuenta que en 1974 los productores buscaban a personas mulatas para trabajar en calidad de extra en la producción «y el profesor Benshimol (Enrique), me recomendó directamente con Chalbaud. Te imaginarás el tamaño del compromiso. Así arranqué»4. Pedro estudiaba en la escuela Teatro, Escuela y Arte (TEA) que funcionaba en la Casa Sindical del Paraíso, en Caracas, bajo la dirección del recordado actor Enrique Benshimol. Con 26 años, Durán debutó personificando a un esclavo que le sostenía la sombrilla a un cardenal, interpretado por el actor español Luis Calderón. Juntos grabaron su primera escena, que quedó bien a la primera toma. Luego apareció en 10 capítulos más.

Amalia Pérez Díaz en una escena de Boves.
Boves el Urogallo se estrenó el 5 de noviembre de 1974, a las 7:00 pm por RCTV. Francisco Herrera Luque, para la fecha embajador de Venezuela en México, asistió al estreno de la serie. La letra y música del tema musical estuvo a cargo de la cantautora Gloria Martín, el cual fue presentado oficialmente el 02 de noviembre de 1974 en el programa sabatino Feria de la Alegría. La telenovela fue transmitida en capítulos de dos horas antes de Raquel, uno de los grandes éxitos de Doris Wells y Raúl Amundaray, por lo que RCTV se apuntó un alto nivel de sintonía en horario estelar.

Boves (Gustavo Rodríguez) y Eugenia (María Eugenia Domínguez). 
Fuente: Diverso Magazine
La producción dramática llegó a su fin en marzo de 1975 y se consideró como una prueba de fuego el debut protagónico para el jovencito Gustavo Rodríguez. Panorama (03/11/1974), al momento de anunciar el estreno de la serie, señaló: «quienes han visto los primeros capítulos coinciden en afirmar que ̒Boves el Urogallo’ vendrá a constituir la consagración definitiva de este nuevo valor de la televisión». Por este papel Rodríguez ganó el Guaicaipuro de Oro como Revelación Artística en 1975. Su actuación fue tan impresionante, que hoy, 40 años después, sigue siendo recordada por los televidentes que tuvieron el privilegio de disfrutarla.

Sin embargo, no todo fue exitoso. En aquel momento la Sociedad Bolivariana de Venezuela, a propósito del estreno de la telenovela, produjo una protesta pública5 lo que obligó a Herrera Luque a responder, desde México —en donde ejerció funciones como embajador desde 1974 hasta 1977—: «Nadie puede decir que mi Boves es distinto al Boves de la historia»6.

Francis Rueda como Magdalena Zarrasqueta. Fuente: Alexánder
Solórzano en el foro Recordar es vivir: Las telenovelas del ayer.
R.J. Lovera-De Sola, en su artículo Relectura de Boves, el Urogallo7, señala que cuando su autor preparó la décimosegunda edición (Pomaire, 1980) revisó cuidadosamente el libro y, para responder las observaciones polémicas que se hicieron sobre la obra —especialmente la idea errónea que se tuvo en ciertos sectores de que él había alterado la historia del protagonista de su novela— le añadió una serie de apéndices, indicando claramente qué era lo histórico y cuáles eran los elementos de ficción utilizados para la creación de su novela: “Historicidad de los hechos”, 118 “Notas marginales”, “Análisis socio-psiquiátrico de la personalidad de José Tomás Boves”, “Tabla cronológica de José Tomás Boves”, con un cuidadoso “Itinerario de José Tomás Boves” relativo a los años 1812-1814, que fueron los de su acción pública y criminal. Incluyó también un “Glosario" y los “Refranes y locuciones venezolanas”.

Mucha gente se ha preguntado el porqué del apodo de Urogallo con el que se conocía a Boves. La razón nos la recuerda Lovera-De Sola: «…ello debió abrevarlo Herrera Luque en sus años de postgrado en España: el Urogallo es un pájaro de la cordillera cantábrica, asturiano por lo tanto, como también lo era Boves. Pero hay más: el Urogallo es un pájaro, dice la leyenda, que se muere cuando se enamora. Esto sucedió al caudillo cuando embelesado hasta los teque teques por Inés Corrales, una mantuana de Calabozo, con cuya familia José Tomás tenía larga amistad…. Inés al fin le había dado el sí, había hecho el amor con él bajo un bello árbol de Cotoperí, se había embarazado y le había regalado un caballo. Montado sobre aquel alazán murió aquel hombre de treinta y dos años…estaba tan enamorado, como el Urogallo, que siendo un jinete avezado, tan gran conocedor de aquellos animales, […] no probó aquel potro y se lanzó el combate, en el cual, es lo más posible, el General Cordillera, el patriota Pedro Zaraza (1775-1825), […]  de un lanzazo acabó con su vida. El caballo no reaccionó como debía, se quedó encabritado, por ello la gran novela de Herrera Luque se cierra con estas dos palabras: “¡Arre, Urogallo!”.8


Admirable el trabajo realizado por RCTV, solo en 2010 Luis Alberto Lamata se atrevería a realizar una nueva versión de la novela, Taita Boves, esta vez para la pantalla grande, en una producción que recibió críticas divididas. La protagonizaron Juvel Vielma, como Boves, acompañado por Gledys Ibarra, Luis Abreu y Daniela Alvarado. Como dato anecdótico, Pedro Durán también participó en esta cinta.

Don Rafael del Junco, en el foro Recordar es vivir: las telenovelas del ayer, brindó una reflexión que bien vale la pena compartir: «…producciones austeras, en blanco y negro, de muy bajo presupuesto, con limitaciones técnicas, lograban conmover a las mayorías, como el caso de "Boves, el Urogallo", de Francisco Herrera Luque. Y producciones con grandes presupuestos, adelantos técnicos, como "Taita Boves", y no logran despertar ni un mal presentimiento en el público...». Lamentablemente no se encuentra disponible para los televidentes la primera versión, lo cual le permitiría a la audiencia actual hacer una comparación realmente justa y así emitir una opinión objetiva.

Referencias citadas:

1 Gómez, A. La última función de Gustavo Rodríguez. Diario El Universal, 04/04/2014. Disponible en: http://www.eluniversal.com/arte-y-entretenimiento/140404/la-ultima-funcion-de-gustavo-rodriguez

2 Pirela González, A. Gustavo Rodríguez: actorazo de lujo. Revista Primicias, 14705/2012. Disponible en: http://www.primicia.com.ve/placeres/gustavo-rodriguez-actorazo-de-lujo.html#sthash.cLxNucVo.dpuf

3 Lovera-De Sola, R.J. Relectura de Boves, el Urogallo. Arte en la Red, disponible en: http://www.arteenlared.com/lecturas/articulos/relectura-de-boves-el-urogallo.html

4 Fuente: entrevista a Pedro Durán en revista Ardentía, diario El Tiempo, edición 398 del 10 de noviembre de 2013.

5 Revista de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Caracas, Vol. XXXII, nº 105, 1975, p.8-13.

6 El Nacional, Caracas, 24/12/1974. 

7 Lovera-De Sola, R.J. http://www.arteenlared.com/lecturas/articulos/relectura-de-boves-el-urogallo.html

8 40 años de la publicación de “Boves, el Urogallo”, de Francisco Herrera Luque. Roberto Lovera De-Sola.08/9/2012.