miércoles, 8 de agosto de 2018

Bárbara Teide: villana de alto vuelo

Bárbara, toda una leyenda en el ambiente artístico
venezolano. Fuente: Gnussic
Para las nuevas generaciones, Bárbara Teide es mejor conocida como la madre de Bárbara Palacios, Miss Venezuela, Miss Suramérica y Miss Universo 1986. Sin embargo, ella no requería de esta lógica asociación maternal para figurar en el mundo del espectáculo criollo, pues demostró que poseía méritos de sobra  para destacar con luz propia. Esta singular actriz devino en una de las mejores exponentes del arquetipo de la villana en las telenovelas venezolanas de los 70, 80 y 90, marcando una impronta inigualable dentro de este género dramático.

Bárbara Teide, cuyo verdadero nombre era María Antonia Hernández, nació en Tenerife, España, el 9 de marzo de 1942 y no el 13 de abril de ese año como aparece reseñado en algunos medios. Su rostro se caracterizaba por sus pómulos altos, así como por sus grandes y penetrantes ojos, sin olvidar su permanente sonrisa—¡Ah, la risa tan característica de esta extraordinaria mujer era una auténtica delicia!—.

Aún niña emigró a Venezuela y fue aquí donde desarrolló su carrera artística. Sus padres se instalaron en el centro de Caracas a mediados de los años 50 y deseaban que estudiara Medicina, pero ella siempre estuvo convencida de que su destino estaba en la actuación.

Conchita Obach, Raúl
Amundaray y Bárbara.
Todavía era adolescente cuando conoció a Juana Sujo, considerada una de las más grandes profesoras del arte teatral en Venezuela, y con ella se formó en la Escuela de Teatro Escénico. Al finalizar su educación media, viajó a Madrid (España) para estudiar en la Escuela de Arte Dramático y en el Instituto de Experiencias Cinematográficas. Durante su estancia en el país ibérico trabajó en la Compañía María Guerrero, en la televisión y en las películas Cristo negro (Ramón Torrado, 1963), Rogelia (Rafael Gil, 1963), Los ojos perdidos (Rafael García Serrano, 1967) y Camino a la verdad (Agustín Navarro, 1968), así como en unos 47 cortometrajes filmados en el Instituto de Experiencias Cinematográficas.

De igual manera, incursionó en la escena teatral española con Nosotros, ella y el duende, Mi adorado Juan, Doña Rosita la soltera, Mariana Pineda, La loca de Chaillot, Becket o el honor de Dios y El mulato.

Jorge Palacios y Bárbara Teide. Fuente: Gnussic
Por esos años adoptó el nombre artístico de Bárbara Teide: Bárbara en honor a su Patria adoptiva por el personaje de la novela Doña Bárbara, de Don Rómulo Gallegos; y Teide por su origen canario, pues esa es la montaña más alta de España que se encuentra en Tenerife.

A su regreso a Venezuela, en 1965, se incorporó a la televisión. En el canal 11 debutó en 1966, con Orgullo de casta; luego vinieron El bastardo, Amargo silencio y Nosotros y los fantasmas.

A pesar de que nunca tuvo papeles estelares, destacó como una refinada villana en diferentes telenovelas a principios de la década de los 70 por RCTV, entre ellas Cristina (1970), La Usurpadora (1971) y La Indomable (1974), en las cuales captó la atención de la teleaudiencia con sus personajes de Sofía y la casi histérica Ana Rosa, respectivamente.

En el video un capítulo de Cristina, en el cual tiene una participación Bárbara Teide, junto a la pareja protagonista Raúl Amundaray y Marina Baura, además de Agustina Martín, Jorge Palacios, Elio Rubens y Amalia Pérez Díaz, entre muchas otras estrellas de la época en RCTV:

Fuente: canal Nostagia TV de YouTube

En las tablas nacionales recibió reconocimiento por su actuación en las obras: El acusador público; El milagro del año; En nombre del Rey; Acelgas con champagne; Trampa para un hombre solo; Jesús, según Judas Iscariote; y El inspector, entre otras. También logró visibilidad en la pantalla grande a través de las películas El Siervo de Dios, sobre la vida del doctor José Gregorio Hernández; y en La gata borracha, de Román Chalbaud.

Mirna Rodríguez y Bárbara Teide
en La Iluminada.
Desde la década de los 70 estuvo en la pantalla chica venezolana, interpretando múltiples personajes. De RCTV pasó a Venezolana de Televisión, donde destacó en historias de los mejores libretistas de la época, como Historia de dos casadas (Ibsen Martínez), La Iluminada (Ibrahim Guerra), La Elegida (Ibrahim Guerra) y La mujer sin rostro (José Ignacio Cabrujas), entre otras. En lo personal, creo que su participación en La Iluminada y en La Elegida fue de primera.


Para los cánones de belleza imperantes, los rasgos angulares de su rostro resultaban “exóticos” y expresivos, pero lo que en realidad le ganó un sitial de preferencia fue su capacidad para encarnar villanas, su disposición a innovar —fue la primera actriz de la pantalla venezolana que usó lentillas de color para representar a un personaje— y una fuerza interpretativa tal que hacía que todos la odiaran en sus roles de malvada.

Bárbara y Jorge Palacios.
Bárbara estuvo casada con el también famoso actor madrileño Jorge Palacios (José Ambrosio Pérez), de cuya unión nació su única hija, Bárbara. En su adolescencia, esta hermosa jovencita había orientado sus intereses hacia el mundo de la publicidad y laboraba en una agencia del ramo. En 1986, Bárbarita —como se le conocía— entró en el concurso Miss Venezuela en representación del estado Trujillo, bajo su nombre real: Bárbara Pérez Hernández. Allí se transformó de joven empleada en una potencial estrella cuya fórmula para el triunfo apostaba no tanto a su hermoso rostro y armonioso cuerpo, sino a su tesón, disciplina y motivación al éxito.

Bárbara Teide y Barbarita.
La periodista Milagros Socorro, en un perfil de esta reina de belleza, recordaba que en aquel tiempo Barbarita vivía con su abuela materna en un modesto apartamento ubicado en la esquina de Balconcitos de la avenida Baralt  “y no falta quien asegure que la brillante mariposa que pasea impecable por los grandes escenarios del mundo, es hechura de esa abuela que la acogió en su casa cuando sus padres se divorciaron y decidieron que lo mejor para la única hija de la pareja era irse a vivir con la dulce isleña que, de paso, la mantendría al margen de los peligros de la farándula (después quedaría comprobado el blindaje de Barbarita frente al entramado de murmuraciones y pequeños escándalos que suelen menudear en ese medio)”.

Jorge Palacios y Barbarita posan para un
reportaje gráfico en los años 70. Fuente:
revista Venezuela Farándula.

Según Socorro, el dinero no sobraba en el hogar compuesto por la señora Hernández, propietaria de una cervecería que estaba al lado del cine en Higuerote, y su nieta. “Pero siempre lograban llegar a fin de mes con cierta holgura. Para la fecha en que Barbarita ingresó en el Miss Venezuela ya estudiaba en el Instituto de Nuevas Profesiones la carrera de Mercadeo y tenía un empleo que le permitía sufragar sus gastos. En cuanto al concurso, muy pronto demostraría la reciedumbre de su carácter y su férrea determinación a alzarse con la corona aunque tuviera que arrebatársela de un zarpazo a la bella rubia María Begoña Juaristi, quien había llegado del Zulia con actitud de ganadora”.

Bárbara corona a su madre. Fuente:
Tu_bellezacol
El apoyo de Bárbara Teide a su hija fue total y el mensaje reiterado se resumía en una frase: “Siempre sé tú. Da lo mejor de ti”. El triunfo en el certamen nacional se replicó a nivel suramericano y mundial. Luego, la hija-reina de belleza desarrollaría sus pasos en el mundo empresarial y de coaching personal con singular éxito.

Para los años 80, Bárbara espació cada vez más sus apariciones en televisión, seguramente no por iniciativa propia. La última telenovela donde actuó fue en Como tú ninguna (Venevisión, 1994). En esa ocasión, al ser entrevistada por el diario zuliano Panorama (07/12/1994) a propósito del lanzamiento de la producción dramática en la que caracterizaba a Leonidas Landaeta, madre del protagonista, se refirió a su eterno rol de villana. Aseguró que esa palabra «debería estar fuera del diccionario. Los malos son seres humanos con sus circunstancias que los hacen actuar de esa manera». A su juicio, «la maldad no tiene que ver con un físico determinado, depende de las circunstancias, de la autoeducación para canalizarla y disfrutarla».

En su madurez, Bárbara lucía esplendorosa. Acá
en Por amarte tanto (1993). Fuente: Gnussic

¿Es usted la mala por excelencia?, le inquirió la periodista.

Para ser sincera, no lo sé. Antes que nada soy actriz y como tal puedo interpretar distintos géneros. Pero la gran industria que es el medio televisivo te va encasillando en un rol y desde muy joven fui elegida para ese tipo de papeles. Creo sinceramente que mi aceptación por el público es el vuelco que di a la mala, antes bastaba con arquear una ceja y ser rígida, en cambio yo río, lloro, soy encantadora o tremenda.

Múltiples rostros, una sola gran mujer.






En esa oportunidad, Bárbara aseguraba que la novela seguía siendo la misma fantasía de la Cenicienta, pero así como la protagonista había ido evolucionando y pasó de ser la sufrida a alguien más natural, la mala también había cambiado y se presentaba con otros matices: «Personalmente, trato de humanizarla dentro de lo posible». Aseguraba que los personajes eran para ella como sus hijos, por lo que le costaba mucho decidir cuál prefería por encima de los otros.

Entrado el siglo XXI, el nombre de Bárbara Teide parecía haberse desvanecido de la escena nacional. En el año 2006 se reincorporó a la televisión como locutora de promociones en Venezolana de Televisión, cadena que empezó a utilizar las voces de algunas olvidadas grandes artistas para promocionar la programación del canal, entre las que se encontraba también Helianta Cruz.

Dos grandes de la actuación: Bárbara y Francisco
Ferrari en Por amarte tanto. Fuente: gnussic
Dos años después, su nombre fue nuevamente recordado, pero esta vez no por algún logro artístico: la noche del 10 de septiembre de 2008 falleció en horas de la tarde, en la Clínica La Floresta en Caracas, víctima del cáncer. Casualmente, esa noche se celebraría el certamen de Miss Venezuela, 28 años después de aquel en el que Barbarita deslumbró para alzarse con la corona de la mujer más bella de nuestro país. Su hija, quien residía en Miami, se trasladó a la capital para estar presente en las exequias y en el acto de cremación de los restos de la actriz, efectuado el 11 de septiembre en el Cementerio del Este, ubicado en la urbanización La Guairita, en Caracas.

Dos madres hermosas: Bárbara Palacios
de nueve meses junto a Bárbara Teide
Su deceso no causó grandes titulares, pero sí fue recordada su trayectoria en algunos medios impresos y electrónicos. Personas que la conocieron manifestaron su admiración por su atractiva personalidad. En diciembre de 2008, por ejemplo, Onelio Gil recordaba en un foro en internet su encuentro con esta actriz: «Para unos provincianos recién llegados a Caracas como lo fuimos mi esposa y yo, fue un verdadero privilegio haber conocido 20 años atrás a Bárbara Teide, quién nos brindó su amistad e incluso nos invitó a su apartamento de la avenida Andrés Bello. En ese entonces éramos instructores de Yoga y ella asistía a nuestras clases. La recordamos como una persona jovial y alegre; ella nos decía que en sus mocedades, para  superar los temores al qué dirán y el miedo escénico, en algunas oportunidades se vestía en forma excéntrica o se colocaba enormes sombreros con llamativas flores de colores intensos y salía a caminar para de esta manera hacerse indiferente ante las miradas escrutadoras de las personas».

En dichos foros, se ha cuestionado la soledad en la que vivió en sus últimos años la veterana actriz, alejada de su hija y de sus nietos. Se mencionó cierta indiferencia de Barbarita hacia su madre y a su condición de salud, algo que no nos consta y que no podemos certificar. Lo que sí puede evidenciarse es la poderosa presencia que tuvo sobre su hija, tal como lo testimonia en un post publicado el 10 de septiembre de 2014 en Instagram:

A través de su Instagram, Bárbara Palacios relató cómo su
hijo Víctor Tomás participó en una competencia ciclística
con el nombre de su abuela escrito en su antebrazo, en honor a
quienes padecen de cáncer. Fuente: BarbaraPalacios_Inspiracion 
"Hoy se cumplen 6 años de la partida de mi mama al Gran Encuentro con Dios. Una de las cosas que más extraño de ti mamá son las largas horas que podíamos conversar de tantos temas y llegar entre risas y algunas veces con lágrimas a tantas conclusiones. Desde chiquita me motivaste para que nunca me diera pena hablar, preguntar o aclarar las cosas. Siempre me enseñaste que defendiera la Verdad, la Honestidad y la Dignidad, esta última siempre fue tu palabra favorita. Gracias a Dios y a tu esfuerzo, estas 3 maravillosas palabras, son las que han perfilado mi vida, así mismo se lo he enseñado a tus dos nietos. Hoy en día no te veo pero te siento cerca y a veces me imagino lo que me estarías diciendo. Como Cristiana sé Mamá que nos volveremos a ver en la presencia de Nuestro Padre Amado Dios. Hoy Mama quiero repetirte que te sigo ❤️AMANDO, que todos tus consejos han sido y siguen siendo herramientas que llevo conmigo como un TESORO!!".

A una década de su partida física, Bárbara Teide merece ser recordada como alguien más que la madre de una ex reina de belleza. Ella misma, a su manera, se convirtió en una soberana de la elegancia y del glamour local, bendecida con esos hermosos ojos oscuros y una extraordinaria sonrisa con la que dominaba a todos sus plebeyos admiradores (entre quienes me incluyo, sin lugar a dudas).

Fuentes: 
  • Canarias en los caminos cinematográficos como lugar de tránsito entre continentes / Jorge Gorostiza López. Biblioteca Virtual Cervantes. Disponible en http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/canarias-en-los-caminos-cinematograficos-como-lugar-de-transito-entre-continentes--0/html/ffa44920-82b1-11df-acc7-002185ce6064_3.html
  • De Barbarita a Doña Bárbara. Milagros Socorro. Página personal, publicado 08/08/2012, disponible en http://milagrossocorro.com/2012/08/de-barbarita-a-dona-barbara/
  • Venciclopedia

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