jueves, 9 de febrero de 2012

¿Me enjabonas la espalda, cariño?

Si hay una escena recurrente en el cine, prácticamente desde que fue inventado hasta nuestros días, es la de la chica en la bañera. Ya en 1897, uno de los pioneros en el desarrollo del lenguaje cinematográfico, George Mélies, presentaba al público en su corto Après le bal (le tub) a una dama en esta situación tan íntima:


El voyeurismo hacia las abluciones femeninas ha sido reiterado desde entonces. La chica It, Clara Bow, se mostró de manera casual en la bañera en la película Eve's Lover (1925), mientras atendía una llamada telefónica.

Esta escena encontraría múltiples variantes, que van desde los célebres baños de leche con los que Popea garantizaba la tersura de su piel, lo cual fue aprovechado por Cecil B. De Mille en El Signo de la Cruz (1932) para mostrar a una joven Claudette Colbert en la plenitud de su belleza:


Las escenas en la tina se sucederían con gran frecuencia. Algunas son sencillamente divertidas, como las protagonizadas por la rubia platino Jean Harlow en Tierra de pasión (Red dust, 1932) y Eres mío (Hold your man, 1933). En la primera, una sensual Harlow toma una ducha en un barril, en medio de la jungla, y provoca a su pareja Clark Gable, quien la sumerge por haber utilizado como bañera el depósito de agua para beber. Los espectadores aplaudían extasiados y luego, cuando ella sacaba la cabeza, chorreando y escupiendo, Gable la metía otra vez. Más aplausos por parte de la audiencia.

El crítico de cine Edgar Morin señalaba que Harlow exhibía su cuerpo muy conscientemente en la pantalla, pero no siempre la parte de él que cabía esperar. Las escenas de baño de sus películas en barriles de lluvia o bañeras corrientes, no se basaban, según él, tanto en el sutil ajuste delantero del nivel del agua, como en los excitantes planos de su espalda. El público deliraba cuando ordenaba al hombre que invariablemente estaba presente: "Restrégame la espalda".

En la segunda película, la actriz se veía en otra situación comprometida en la tina, donde es sorprendida por Gable, un estafador de poca monta, quien se escondía de su última víctima y un policía en el primer departamento abierto que pudo encontrar y que resultó estar ocupado por Ruby Adams (Jean Harlow), una mujer cínica con numerosos novios. Ella al principio no lo aceptaba, pero al final caía enamorada de él.

También en 1933, Myrna Loy encontró un rol que le permitía desplegar su atractivo sexual en The barbarian, la historia de una atracción interracial entre una mujer blanca británica y un príncipe árabe, interpretado por Ramón Novarro. El baño en esta oportunidad se dio en una lujosa bañera rodeada de pétalos de flores, donde la actriz dejaba entrever sus encantos y se veía más hermosa que nunca.

De allí en más, a pesar de las restricciones impuestas por la censura, la chica en la tina seguiría apareciendo en distintas situaciones fílmicas, algunas totalmente justificadas, otras como un gratuito colirio para los ojos de los espectadores:

Marlene Dietrich en Caballero sin armadura (1937)

Lana Turner en Las chicas de Ziegfeld (1941)
Betty Grable en Rosa la revoltosa (1943)

Paulette Goddard en Inconquistable (1947)

Joan Crawford, acompañada por Rosalind Russell en Las Mujeres (1947)

Rita Hayworth, en una película no identificada

Jane Russell, encarnando a Calamity Jane en El cara pálida (1948)

Nuevamente Lana Turner en La viuda alegre (1952)

Marilyn Monroe en La comezón del séptimo año (1955)

Jane Mansfield en Will sucess spoil Rock Hunter (1957)

Joan Collins en Rally Boys (1958)

Natalie Wood en Esplendor en la hierba (1961)

Kim Novak en Notorius landlady (1962)

Elizabeth Taylor en Cleopatra (1963)

Jeanne Moreau en La novia vestía de negro (1967)

Claudia Cardinale en Érase una vez en el oeste (1968)

María Schneider en El último tango en Paris (1972)

Sofía Loren para la revista Life

Julia Roberts en Durmiendo con el enemigo (1991)

Mena Subari en una escena memorable de Belleza Americana (1999)

Michelle Williams, interpretando a la Monroe, en My weekend with Marilyn (2011)

Para variar y no olvidarnos que nuestras estrellas de la televisión venezolana fueron tentadas alguna vez para mostrarse en sus íntimos baños de burbujas, les presentamos a dos bellezas, María Conchita Alonso e Hilda Carrero, en un reportaje especial para la recordada revista Momento:



Llegada la hora, no queda más que despedirme para ir al baño...¡a refrescarme, por supuesto!

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