En la década de los 50, Marilyn Monroe se había consolidado como el nuevo símbolo sexual de Hollywood. Su imagen aparecía frecuentemente en revistas y sus películas se convertían en sucesos de taquilla. Por ello, no es de extrañar que dos leyendas del cine mudo como Theda Bara y Clara Bow, en algún momento, hayan expresado su opinión en torno a la nueva estrella.
Theda Bara, la pecadora original. |
Theda Bara poco antes de morir. |
Casada con el director Charles
Brabin y en una solvente posición económica, Bara sobrevivió a su gloria hasta el
7 de abril de 1955, cuando falleció en Los Ángeles, víctima de un cáncer en el
estómago. Según revela Eve Golden en la biografía sobre la actriz Vamp. The rise and fall of Theda Bara
(Emprise Publishing, 1996), en una de sus últimas entrevistas el primer símbolo
sexual de Hollywood ofreció una valoración de Marilyn Monroe, quien para el momento ostentaba
ese reinado. «Creo, como todo el mundo, que ella es sexy. Pero
no creo que a ella le guste mucho, ¿verdad? Probablemente tenga el mismo
problema que he tenido», indicó Theda. «Ella nunca será capaz de
dejar atrás su reputación».
Las palabras de Bara resultaron proféticas: a finales de los 50, cuando Marilyn trató de ser tomada más seriamente como actriz, sus intenciones se toparon con el excepticismo de los grandes magnates de la industria, de directores y de críticos cinematográficos. A pesar de viajar a Nueva York y estudiar con Lee Strassberg en el famoso Actor's Studio, las oportunidades para encontrar roles más interesantes nunca fueron abundantes. Su imagen sexy prevaleció por encima de su interés en demostrar una mayor versatilidad interpretativa.
La sucesora de Theda en el gusto
popular tomaría en los años 20 la vivaz personalidad de Clara Bow (1905-1965).
Esta voluptuosa pelirroja encarnaría con soltura la figura de la flapper, esa chica alocada de la era del
jazz a quien su amor por la vida y por las fiestas generalmente la metía en
problemas, tanto en las tramas de sus películas como en la vida real.
Clara llegó a la fama luego de ganar un concurso organizado en 1921 por la influyente revista Motion Picture. Alcanzó una popularidad impresionante; de hecho, llegó a recibir en una oportunidad 45.000 cartas de sus fanáticos en un mes. Sin embargo, siempre fue explotada por los magnates del estudio Paramount, del cual fue estrella exclusiva, quienes no le retribuyeron ni económicamente ni en respeto profesional su dedicado trabajo como actriz. Paralelamente, quien había tenido una infancia difícil, se vio envuelta en varios escándalos, que incluyeron una demanda por una esposa traicionada y un juicio por desfalco en el cual su propia secretaria, Daisy DeVoe, reveló detalles íntimos de su vida privada que afectaron negativamente su carrera cinematográfica.
Clara Bow en la foto que le permitió ganar el concurso de la revista Motion Picture |
Clara llegó a la fama luego de ganar un concurso organizado en 1921 por la influyente revista Motion Picture. Alcanzó una popularidad impresionante; de hecho, llegó a recibir en una oportunidad 45.000 cartas de sus fanáticos en un mes. Sin embargo, siempre fue explotada por los magnates del estudio Paramount, del cual fue estrella exclusiva, quienes no le retribuyeron ni económicamente ni en respeto profesional su dedicado trabajo como actriz. Paralelamente, quien había tenido una infancia difícil, se vio envuelta en varios escándalos, que incluyeron una demanda por una esposa traicionada y un juicio por desfalco en el cual su propia secretaria, Daisy DeVoe, reveló detalles íntimos de su vida privada que afectaron negativamente su carrera cinematográfica.
Clara Bow, la chica con "eso" (The It Girl) |
David Stenn, en la biografía Clara Bow. Runnin´ Wild (Cooper Square
Press, 2000), señala que ella sentía una gran admiración por su actriz
favorita, Marilyn Monroe, la cual fue acompañada por sentimientos de parentesco
y proteccionismo. Según Stenn, la
afinidad era obvia: Clara y Monroe tenían madres con enfermedades mentales, al
igual que sus abuelas maternas, todas ellas confinadas en asilos mentales; ambas
sufrieron abuso físico y emocional en su infancia; ambas habían sido
catapultadas a una fama opresiva; a continuación, habían sido mal pagadas por
sus servicios y subestimadas por su talento; y ambas habían sido dotadas con, y
luego atrapadas por, esa misma imagen de vulnerabilidad sexual femenina, un
tanto infantil y estúpida.
Marilyn encarna a Clara Bow en la sesión fotográfica realizada por Avedon |
Cuando la muerte de Marilyn fue
anunciada, hacía apenas un mes que Clara había enviudado. Aunque ella había
sobrevivido el estrellato y su sucesora no, la pérdida la dejó desolada. «Ella
era tan hermosa y demasiado joven para morir. Dios la bendiga », escribió de su
actriz favorita, según relata su biógrafo David Stenn. Sin embargo el martirio de
Monroe, que en el instante había
golpeado a Clara de forma extrema, al ser comparadas con las situaciones que ella misma había vivido, hicieron parecerle menores las tribulaciones de su sucesora. « Ella
nunca estuvo en la posición en la que yo estuve atrapada», supuestamente señaló
Clara. « Una copia en caliente, sí,
las dos éramos eso, pero la mía era una mala
copia en caliente. Ella nunca tuvo que pasar a través de todas las cosas
horribles que me han ocurrido».
A propósito de la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Marilyn Monroe, resultan curiosas las opiniones emitidas por ambas leyendas del cine mudo. Nadie como ellas para conocer el peso de llevar sobre sus hombros la imagen de chica sexy, adorada por multitudes, que sin embargo, pasada la efervescencia de la moda en las audiencias, fueron relegadas al olvido, descendiendo de sus pedestales para tocar nuevamente tierra.
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