La década
de los 70 del siglo XX fue bombardeada por películas en las cuales el sexo y
la violencia eran el tema central. Con ellas surgieron nuevas estrellas que de la
noche a la mañana se convirtieron en símbolos sexuales para toda una
generación. Lo sé muy bien porque yo formo parte de ella y desde entonces un montón de imágenes imperecederas se han anidado en mi memoria, recordando al adolescente que alguna vez fui en esa década inolvidable.
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Donna Summer emulando
a otra diva: Marilyn Monroe |
Pero no
solo era el cine: la televisión, la industria de la moda y la música aportaron figuras que
saltaron a la fama gracias al puente del erotismo. Jane Birkin, junto a su
entonces esposo Serge Gainsbourg, se convirtieron en íconos de la canción sensual en Francia con su tema Je t’aime mais non plus ("Te
amo, pero no tanto"), pero lo mismo hacía Donna Summer con sus gemidos en Love to Love You Baby (1975), lo cual la convirtió en la Reina de la música Disco.
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María Schneider |
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Corinne Clery:
Historia de O |
En la ola
de películas eróticas llegan a un sitial relevante actrices como María
Schneider (Last tango in Paris, Bertolucci, 1972) y Sylvia Kristel, con la saga de Emmanuelle (Jaeckin, 1974).
Pero, también en una línea más dura del sadomasoquismo, se incluye a Corinne
Clery (Historia de O, Jaeckin, 1975), Charlotte Rampling (Portero de noche, Cavani, 1974) y Paloma Picasso
(Cuentos Inmorales, Borowczyk, 1974).
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Sylvie Kristel como Emmanuelle |
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Charlotte Rampling en Portero de Noche |
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Paloma Picasso: baños de sangre en Historias Inmorales |
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Dominique Sanda |
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Karen Black |
Sin llegar
a convertirse en fetiches sexuales, dan su aporte al género erótico intérpretes del nivel de Dominique
Sanda (Novecento, Bertolucci, 1976; Más allá del bien y del mal, Cavani, 1977) y Karen Black (El día de la
Langosta, Schlesinger, 1975). Caso curioso el de Jacqueline Bisset en
El abismo (Yates, 1977
), cuya aparición con una franela mojada que dejaba entrever sus pechos desnudos la convirtieron en febril compañía de las mentes masculinas.
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Jacqueline Bissett en El Abismo: misterios extraterrestres y una camiseta mojada. |
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Bárbara Bach, del modelaje
al espionaje gracias a James Bond |
La serie
sobre el espía 007 continuaría integrando nuevas chicas Bond, entre las cuales
destacaron Bárbara Bach (
La espía que me amó, 1977), Lois Chiles (
Moonraker, 1979) y Carole
Bouquet (
Sólo para tus ojos, 1980).
La
televisión y la publicidad estadounidense contribuyeron de manera importante
durante esos años al imaginario erótico de las audiencias. De hecho, gran parte
de los fetiches sexuales aparecidos en esa época provienen de la pequeña pantalla y de la
comercialización de la imagen de sus principales figuras.
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Farrah Fawcett entonces Majors |
Farrah
Fawcett fue un buen ejemplo de ello. Aunque ya había incursionado en el cine en
la fallida Myra Breckinridge (Sarne, 1970), junto a dos mitos de la talla de Mae West
y Raquel Welch, jamás se desnudó antes de convertirse en el símbolo sexual de
la década. Sería a través de la frenética venta de millones de posters
vistiendo el recordado traje de baño rojo y de su aparición en la primera
temporada de Los Ángeles de Charlie cuando reinaría de manera colosal.
Productos
televisivos de esos años fueron igualmente Suzanne Sommers (Tres son multitud, 1977-1984),
Cheryl Ladd y Jaclyn Smith (Los Ángeles de Charlie, 1976-1981), Linda Carter (La Mujer
Maravilla, 1975-1979), Catherine Bach (Los duques del peligro, 1979-1985), Loni Anderson y Charlene
Tilton, entre muchas otras.
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Jaclyn Smith era parte del trío. |
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Catherine Bach: la prima Daisy |
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Linda Carter: Mujer maravilla |
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Cheryl Ladd: otro ángel setentoso |
Una
tendencia inquietante y políticamente incorrecta fue
la aparición de jóvenes adolescentes –“Lolitas”–
en el cine. Recordemos que la Lolita original, filmada en 1962 por Sue
Lyon, fue objeto de censura en su tiempo por la oscura historia amorosa con su
padrastro. Sin embargo, es en los 70 cuando estas jóvenes preadolescentes se
muestran de manera abiertamente sexual en situaciones muy sórdidas,
tanto que los códigos de censura no habrían tolerado en décadas anteriores.
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Jodie Foster |
Entre
quienes destacaron en este tipo de personajes se encuentra Jodie Foster, quien
abandonó su edulcorado pasado en la productora Disney para interpretar a la
prostituta adolescente Iris en Taxi Driver (Scorsese, 1976). Luego asumiría
roles paródicos de vampiresa en Bugsy Malone (Parker, 1976) o de conducta más
libertina en Foxes (Lyne, 1980).
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Brooke y Susan Sarandon en Pretty Baby (1978) |
Dos
niñas-mujeres ostentan el récord controversial de mostrarse desnudas en
fotografías que rayaban casi en la pornografía infantil. Una de ellas fue
Brooke Shields, captada en 1975 en una tina de baño a los 10 años de edad durante una polémica sesión fotográfica de Garry Gross. En 1978 encarnó a una prostituta de
12 años en un prostíbulo de Nueva
Orleans en la muy cuestionada Pretty Baby, junto a Susan Sarandon y Keith Carradine bajo la dirección de Louis Malle.
La otra
pequeña precoz fue Eva Ionesco, también inmortalizada por su madre en imágenes
artísticas durante su niñez para luego personificar a púberes en situaciones
comprometidas en Spermula (Matton, 1976) y Maladolescenza (Murgia, 1977).
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Teresa: Bambina |
Teresa Ann Savoy fue otro rostro púber que se asomó al séptimo arte desde los fotogramas de La bambina (Lattuada, 1974), pero tendría controvertidos personajes en Vicios privados, públicas virtudes (Jancsó, 1975), donde encarnaría a una hermafrodita; en Salón Kitty (Brass, 1976) sería una nazi practicante del sadomasoquismo; y en la lamentable Calígula (Brass, 1979) interpretaría a Drusila, la hermana e incestuosa amante del emperador romano.
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Nastassja Kinski |
Europa, como se habrá podido notar, lideraba en esta ola erótica. Isabelle Huppert escandalizó en Francia con sus
fogosos personajes juveniles, entre ellos la adolescente asesina de Violette
Nozziere (Chabrol, 1978), título presentado en algunos países como Niña de día,
prostituta de noche. Por su parte, Nastassja Kinski también debutaba con un desnudo parcial
en la pantalla grande a los 16 años en Falso movimiento (Wender, 1975) y las
escenas junto a Marcello Mastroianni en Así
como eres (Lattuada, 1978) provocarían censura y fuertes críticas.
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Saritísima Sara Montiel |
Mientras
España abandonaba la fuerte represión del régimen franquista, un ambiente más
liberal permitía El Destape, fenómeno cinematográfico de la transición, cuando
las actrices y aspirantes a estrellas empezaron a mostrarse de manera integral.
Algunas artistas veteranas decidieron mostrar sus atributos en publicaciones como Interviú (por ejemplo, Sara Montiel) y se
generaron otras protagonistas del momento desde la pantalla grande, tales como Susana Estrada, María José Cantudo,
Norma Duvall, Sara Mora, Jenny Llada, Victoria
Vera, Amparo Muñoz, Bárbara Rey, Ágata Lys y Nadiuska.
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Sasha Montenegro |
En México,
el cine de ficheras dejaba un importante legado de chicas guapas y sexys, entre
quienes se encontraban; Olga Breeskin, Sasha Montenegro, Lina Santos, Lyn May y Angélica Chain.
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Isela Vega en 1972. |
Caso aparte el de Isela Vega, quizá una de las actrices mexicanas de
mayor proyección internacional en esa década. En julio de 1974 apareció completamente desnuda en la revista Playboy, convirtiéndose en la primera mujer
latina en la versión norteamericana de la revista; desde entonces
se le caracterizó como una mujer polémica. Sin embargo, su trayectoria en
comedias y dramas le había convertido en un símbolo sexual para sus compatriotas.
Su salto al cine internacional fue de la mano de Sam Peckimpah en Tráiganme la
cabeza de Alfredo García (1974).
La industria de la moda aportó bellísimas mujeres que dominaron las portadas y páginas de revistas, sirviendo de referencia a las damas de la época: Cheryl Tiegs, Cristina Ferrare, Lauren Hutton y Marisa Berenson, todas con incursiones en el cine y la televisión, especialmente las dos últimas; y la pionera de las supermodelos de color, la somalí Iman.
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Cheryl Tiegs |
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Marisa Berenson: del modelaje al Cine de Autor |
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Lauren Hutton |
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Cristina Ferrare |
Para terminar esta larga lista de mujeres inolvidables, sería justicia mencionar a Liza Minnelli, cantante y actriz que legó al imaginario erótico uno de los personajes íconos de la década a través de la aclamada
Cabaret (Fosse, 1972). Enfundada en medias de seda negras e interpretando
Mein Herr, su Sandy Bowles recordaría un curioso periplo que nos llevó de las piernas de Marlene Dietrich en los años 30, a las de Betty Grable en los 40, a las de Marilyn Monroe en los 50, a las de Raquel Welch en los 60 hasta las de Liza en los 70. Pero eso es tema para otro
post.